El tatuaje mexicano es una forma de re construir nuestra identidad cultural y corporal

El tatuaje es una forma de apropiarse del cuerpo.

 

El cuerpo humano es sumamente complejo ya que se conforma de cabeza, tronco y extremidades, los órganos internos, igual que de cabello y substancias excretables. También es el contenedor de nuestras ideas y emociones, hay quien asegura que el cuerpo posee un alma y lo que es innegable, es que a través del cuerpo nos moldeamos una personalidad y varios comportamientos según la necesidad.

Hay tantos enfoques de estudio para comprender los procesos de adquisición de cultura y socialización de los seres humanos, que hoy en día el cuerpo es una masa compleja de metáforas culturales y signos de identidad como el género, la biología, la psicología, la sexualidad o la imagen corporal; además de los miles de estudios antropológicos, y la diversidad de hábitos en nuestra sociedad, donde vivimos sujetos, diría el filósofo Michel Foucault, a una red de sucesos históricos, políticos y sociales cuyo objetivo desplegar mecanismos que moldean nuestros cuerpos para gestionar nuestras vidas.

La investigación Estéticas itinerantes-reinvenciones corporales: el tatuaje mexicano en el contexto global; de Carolina Romero Patiño agrega otra idea para pensar el cuerpo, las relaciones como nos describimos a nosotros mismos y la relacionan estrecha que tenemos con la cultura, a través del estudio del tatuaje, no sólo como una práctica de modificación corporal permanente, sino como la re construcción de nuestra etnografía. Lo que asegura Romero, es que las prácticas de modificación corporal son una de las principales formas de expresar la idea de nación, de manera coyuntural, el cuerpo se vuelve objeto-sujeto con el que se construye la identidad.

Los tatuajes son un hecho social y tienen una fuerte carga de memorias y experiencia individual; de ahí que la representación de una estética que las personas crean y recrean a través de imágenes, como un libro corporal que resguarda la historia emocional de una persona, que puede ser leído en la superficie de una cuerpo, que además forma parte de varios sucesos que interpelan la cultura.

 

El tatuaje es una forma de reapropiar, resignificar y experimentar los proyectos de construcción nacional, que lleva consigo, además, la co-creación visual y epistemológica de un estilo de tatuaje muy usual entre una parte de la población mexicana, que consideran sus marcas como “representativas y de propiedad cultural” incorporando imágenes que conjugan la realidad de un país, con el imaginario, el afecto y emoción haciendo que un solo cuerpo tatuado sea la voz representativa de la experiencia colectiva de una nación.

Los tatuajes que explora la investigadora se componen, principalmente, por aquellos que tienen una connotación de nacionalidad, catrinas de colores, piezas arquitectónicas, deidades prehispánicas, dibujos del escudo patrio, la Virgen de Guadalupe o la piedra del sol, que forman lo que romero Patiño llama “nación corporizada” donde dibujan símbolos culturales o históricos para mostrar identidad y pertenencia.

 

Entre los tatuajes que se estudiaron se recurrió a artistas, convenciones de aficionados y personas tatuadas de ciudades como Guadalajara, Cuernavaca, Oaxaca, Monterrey y Ciudad de México. Con este trabajo se hizo patente que existen dos estilos que sobresalen en la piel de los mexicanos tatuados, una tendencia hacia el estilo “Prehispánico”, relacionado con piezas arqueológicas o reinterpretaciones de deidades del México antiguo; y por otra parte, el tatuaje “Chicano” una corriente gráfica que se caracteriza por contemplar trazos en escalas de grises y con su influencia de movimientos migratorios y experiencias de la población de origen mexicano que reinterpreta sus vivencias en Estados Unidos.

Con el estilo “Prehispánico”, puntualizó la investigadora, la gente hace una búsqueda de significado ancestral de lo que sería México antes de la Conquista, para confrontarlo con lo que es hoy en día. Mientras que con el tatuaje “Chicano” hay una expresión de qué ser mexicano también forma parte de un contexto migratorio, económico y relacionado con los Estados Unidos.

El interés de esta investigación radica en lo que el tatuaje ligado a la representación estética de su cultura, le aporta al mundo al ser uno de los estilos que más aportan a la formación de identidad y que además tiene una enorme riqueza de cultura visual y tradición.