6 lugares de la CDMX que muestran que vivimos en una ciudad multicultural

Una mirada cultural a otros países a través de la CDMX.

 

Vivimos en una metrópoli que en los últimos años se ha convertido en uno de los destinos turísticos más grandes del mundo. El centro histórico es Patrimonio de la Humanidad declarado por la UNESCO, y es el corazón de una cultura que se respira y se mueve de un lugar como lo hiciera la antigua Tenochtitlán en sus orígenes.

En sus barrios es posible ver el sincretismo cultural en la arquitectura, la oferta gastronómica, el arte de los museos y de las calles y conocer a gente de muchas partes del mundo en una de las ciudad más grandes y diversas del mundo. La ciudad ha construido lazos con ciudades lejanas con el fin de aumentar la diversidad y el intercambio para tener más riqueza cultural en nuestro territorio.

Así que puedes visitar piezas y lugares lejanos sin salir de la CDMX, para conocer una parte de los intercambios que la ciudad tiene con el mundo. Asimismo puedes formar parte de varias actividades culturales y artísticas en los diferentes puntos de la urbe que demuestran los lazos de amistad y de respeto de la CDMX multicultural.

 

Parque Masayoshi Ohira

Corredores, Country Club Churubusco, 04220 Ciudad de México, CDMX

Este parque se inauguró en 1942 pero fue hasta la década de los 80 que adquirió un aspecto japonés. Si un sitio destaca algo del país del Sol Naciente en la CDMX, es el Parque La Pagoda en Coyoacán. Su nombre oficial es Parque Masayoshi Ohira, pero antes de hablar de su aspecto actual, resulta imprescindible aludir a sus orígenes.

El parque se inauguró por el entonces regente de la ciudad, Javier Rojo Gómez. Sin duda la característica más emblemática de aquel parque era una pagoda, lugar que fungía como oficina de bienes raíces del barrio (es por este motivo que hoy por hoy se sigue conociendo como el Parque La Pagoda).

 

Barrio Chino

Dolores, Centro Histórico, CDMX.

 

El Arco Chino fue donado por el gobierno de China en 2008, y da la bienvenida a este barrio en la CDMX. Desde 1925 es posible convivir con la comunidad china, y visitar el increíble restaurante Shanghai, uno de los primeros establecimientos dedicados a la gastronomía de este país. Desde esa época, aquí se concentran diversos restaurantes que atraen a los transeúntes por el olor a especias, carnes y aceite de sésamo proveniente del sudeste de Asia. Después de probar los platillos tradicionales chinas–”baozi”, pan al vapor relleno de carne o frijol dulce– visita las tiendas en donde podrás adquirir productos tradicionales como amuletos, calendarios, vestimentas y tés.

Hoy en día, la imagen del barrio chino y en general de la ciudad, está cambiando poco a poco.

 

Pabellón Coreano

Chivatito s/n esq. Paseo de la Reforma, 1a. Sección del Bosque de Chapultepec.

El pabellón coreano llegó al país en 1968 y se inspira en la arquitectura coreana del siglo VIII, que en conjunto con el bosque de la 1a. Sección del Bosque de Chapultepec, y el Jardín de la Tercera Edad, hacen de este espacio un lugar lleno de belleza con una asombrosa atmósfera llena de colores amarillo, verde, azul, rojo y naranja.

En una esquina del jardín, sobre avenida Reforma, es posible ver el Pabellón Coreano; esta construcción es una replica de la pagoda donde se firmó la independencia de Corea del Sur. Se construyó pieza por pieza in situ y fue un regalo que buscaba vincular a México y Corea en el marco de los juegos olímpicos de 1968.

 

Reloj Otomano

Venustiano Carranza esq. Bolívar. Centro Histórico.

Este reloj llegó a México en septiembre de 1910 y es bellísimo. Tiene cuatro carátulas que marcan el paso del tiempo en números arábigos y otomanos y fue enclavado en la esquina de las calles Venustiano Carranza y Bolívar. Esta estructura es una muestra de agradecimiento de la comunidad otomana que emigró a México a finales del siglo XIX. Labrado en cantera rosa acompañado de mosaicos con figuras geométricas azules, naranjas y verdes, el reloj termina de lucir su belleza con tres campanas doradas en su punta.

 

Tótem Canadiense

Calzada del Rey s/n, 1a. Sección del Bosque de Chapultepec, acceso por Puerta Quebradora.

El pueblo canadiense donó este tótem a los mexicanos con motivo de los 150 años de la Independencia de México. El tótem es un símbolo de sabiduría y tradición que se entregó a la comunidad mexicana en 1962; y es un “protector del pueblo” que fue tallado en cedro rojo por el artista Mungo Martin e integrantes de la nación Kwakwaka’wakw, un importante pueblo autóctono de la Columbia Británica (provincia canadiense).

Igual que el pabellón coreano, el tótem se encuentra la 1a. Sección del Bosque de Chapultepec, tiene 11 m de altura y en él es posible reconocer elementos tradicionales de la mitología indígena de Canadá: la figura de la nutria, la serpiente, el hombre cedro y la efigie del Pájaro del Trueno adornados con colores negro, blanco, rojo y verde.

 

Acceso del Metro Bellas Artes

Metro Bellas Artes, Línea Azul. Ángela Peralta, Centro Histórico.

El art nouveau francés está a unos pasos de la Alameda Central desde 1998. Esto fue resultado del intercambio cultural entre la Compañía Arrendataria Autónoma de los Transportes Parisinos (RATP, por sus siglas en francés) y el Sistema de Transporte Colectivo Metro, la estación del Metro Bellas Artes luce una réplica de los accesos parisinos realizados por el arquitecto francés Héctor Guimard. Guimard es el principal exponente del art nouveau en Francia; y además de Francia, sólo México y Lisboa cuentan con una estructura de este tipo en el mundo. En la actualidad, aún es posible admirar los diseños originales de Guimard en estaciones de París como Abbesses y Porte Dauphine.

 

Placa Metro Etiopía

Cuauhtémoc esq. Eje 4 Sur Xola, Narvarte.

México se convirtió en promotor de la paz en el mundo cuando alzó la voz contra la invasión italiana a Etiopía a principios del siglo XX. Por esta acción, en 1954, el entonces emperador etíope Haile Selassie I visitó la Ciudad de México para agradecer y reforzar los lazos diplomáticos entre ambos países. Durante su visita se inauguró la Glorieta de Etiopía que tenía ejemplares de palmeras traídas desde el país africano. Con la transformación de la ciudad, la glorieta desapareció y se inauguró en 1980 la estación de Metro Etiopía. Al interior de la estación aún es posible ver mosaicos con alusión a un león y una placa que conmemora esta amistad multicultural.