Las mantarrayas gigantes se encuentran en peligro de extinción.
Las mantarrayas o rayas marinas son peces cartilaginosos estrechamente relacionados con los tiburones. Las rayas son comunes en aguas marinas tropicales y subtropicales costeras en todo el mundo. Algunas especies se encuentran en los océanos cálidos templados, y otras en las profundidades oceánicas. También existen rayas de río de agua dulce.
Hay alrededor de 220 especies de rayas conocidas organizadas en 10 familias y 29 géneros. Las especies de rayas como la Stingray cada vez más se encuentran amenazadas o son vulnerables a la extinción, como consecuencia de la pesca no reglamentada. A pesar de que desde 2013, 45 especies han sido clasificadas como vulnerables o en peligro, los datos y cifras sobre la existencia de estos imponentes y hermosos animales parecía cada vez más desoladora hasta hace algunos meses.
Un ex estudiante del Instituto Oceanográfico de la Universidad de California, junto a sus colegas de la Oficina de Santuarios Marinos Nacionales descubrieron el primer vivero de mantarrayas del mundo conocido, ubicado en el Golfo de México.
Este hábitat juvenil de mantarraya es el primero de su tipo, además, descubierto por un estudio científico. Este santuario fue descubierto por Joshua Stewart mientras observaba a las rayas juveniles en una de las 15 áreas submarinas. Este descubrimiento es de suma importancia, ya que esta etapa de la vida de las rayas ha sido poco estudiada, además que ayuda a crear un programa mundial para la conservación de estas especies.
Las mantarrayas también son conocidas como las “gentiles gigantes del mar”, se alimentan de plancton, viven en el océano abierto y puede alcanzar hasta 7 metros de envergadura como adultos. Las principales brechas de conocimiento permanecen en su biología básica, ecología e historia de vida. Las rayas bebé están prácticamente ausentes de casi todas las poblaciones de manta en todo el mundo, por lo que se sabe aún menos sobre la etapa de la vida juvenil.
Lo que se sabe de estos criaturas increíbles, es que tienen patrones de puntos únicos en su parte inferior, que se pueden equiparar a las huellas dactilares humanas. Que el santuario es la primera tierra de criaderos de manta confirmada en el mundo. La evidencia genética reciente indica que las mantas oceánicas y una tercera especie de manta propuesta están presentes en los bancos.
Este espacio es un santuario prístino a unos 100 kilómetros al sur de Texas, que alberga ecosistemas de arrecifes de coral que se han mantenido mucho más saludables que otros arrecifes en el Caribe y el Golfo de México. Los investigadores sospechan que las mantas juveniles están pasando tiempo en las orillas poco profundas del mar, para recuperar la temperatura corporal después de acceder a aguas profundas y frías fuera de la pendiente continental.
Además en este habitat, ciertos tipos de zooplancton son más abundantes. El norte del Golfo de México es hogar de varias especies de tiburones grandes, que pueden hacer que tomar el sol en la superficie sea una forma peligrosa de calentarse para mantas pequeñas y juveniles. El descubrimiento del vivero de mantarraya subraya la importancia de las áreas marinas protegidas para los esfuerzos de conservación.
Como sea, el descubrimiento de este santuario como un área de cría para la especie plantea muchas más preguntas que respuestas, para determinar si la población encontrada allí está genéticamente relacionada con otras poblaciones encontradas en el Golfo de México y el Caribe. Se espera que el descubrimiento del vivero de mantarraya contribuya a futuros proyectos que puedan profundizar en la comprensión y protección de mantarrayas en los bancos y las áreas circundantes.