Calakmul, el icónico complejo arquitectónico con elementos mayas en Santa Fé

Complejo Calakmul o la “lavadora”.

 

La obra del arquitecto mexicano Agustín Hernández se centra en la valoración de elementos de la cultura local en una práctica moderna de la disciplina. En 1997 culmina una de sus piezas más lindas, cuyo nombre hace alusión a la antigua ciudad maya del estado de Campeche, Calakmul: cuyo significa en maya es “Dos Montículos Adyacentes”, es el nombre que hace referencia a las dos grandes estructuras que dominan la selva.

El diseño del complejo es de un concepto innovador, sus volúmenes son imponentes y su realización se llevó a cabo con impecable maestría en concreto y vidrio. Este complejo majestuoso, además guarda un simbolismo bien definido. Calakmul, la ciudad maya, es la ciudad más importante del Clásico Maya, junto con Tikal y Palenque, que encabezaron la organización política de las tierras. Calakmul tienen una planeación urbana única, con grandes plazas ceremoniales y conjuntos residenciales. Además es el sitio en el que se han encontrado un mayor número de estelas en el área maya.

Con esta inspiración, El complejo Calakmul tiene un cuadrado que representa la tierra y un círculo que figura el cielo. Estos símbolos han trascendido a través del tiempo y y han sido adorados por culturas milenarias. Erigido en Santa Fe, en la delegación Cuajimapla, esta obra es una de las más extrañas y vanguardistas del país.

El conjunto Calakmul ha sido merecedor de varios galardones, entre los que destacan primer premio en el Concurso Nacional de Acero. El primer premio nacional IMEI conferido por el Instituto Mexicano de Edificios Inteligentes. El primer lugar en el Precast Concrete Institute; el mejor edificio iluminado del mundo, presea que entrega el Lighting, Design & Application Center, Endoven, Holanda y por último, el premio especial, medalla de plata, en la Trienal de Arquitectura en Sofía, Bulgaria.

La composición de Calakmul propugna por el orden entre espacios vacíos y construidos, donde lo que aparenta estar hueco es parte de un complejo que se desplanta en todo el cubo corporativo. Este fascinante sitio se conjuga armónicamente para que los cuerpos construidos y los espacios vacíos formen una unidad, permite al mismo tiempo el aprovechamiento espacial de las plazas públicas que, junto con las escalinatas y plataformas, se integran en un todo arquitectónico de carácter monumental, donde la gente circula libremente sintiendo la escala y la proporción del lugar.

Es un cubo de cristal contenido en cuatro muros. Al centro de cada uno de ellos se abre un gran orificio circular enmarcando el contenido. Los muros aíslan al cubo del ruido exterior y lo protegen del sol; son contenedores de espacios útiles y de elementos rígidos que a manera de contrafuertes o arbotantes góticos que trasmiten los esfuerzos hacia el exterior. Esta construcción proporciona estabilidad sísmica al edificio y dejan la planta arquitectónica libre, sin columnas, para una mayor flexibilidad de los espacios.

Su diseño arquitectónico sigue los principios artísticos de las realizaciones mayas donde predominó el equilibrio entre las edificaciones en su entorno natural, la uniformidad y precisión de las formas, en comunión con la funcionalidad, orientación, ritmo y simbolismo. Además, este edificio se adapta a todas las necesidades actuales, es inteligente y se encuentra automatizado al 100% con sistemas de seguridad, telecomunicaciones y equipamiento.

Las intenciones del edificio denotan un simbolismo prehispánico, que hace que el conjunto integra espejos y cascadas de agua, además de patios ajardinados. Como otras obras de Agustín Hernández, el diseño de Calakmul es analógico. En las complejas relaciones visuales que imperan en el complejo, se distingue el espíritu geométrico que hacen emergen los volúmenes del ideal platónico: la esfera, el cubo y la pirámide.