Un recorrido arquitectónico por los inmuebles modernistas de la CDMX…
Hablemos del vendaval que fue la Revolución Mexicana. Un movimiento social que transformó todo a su paso: las instituciones, la constitución, la música, la pintura, la literatura, y por supuesto la arquitectura; quizá el arte que más intentó desentenderse de la ostentosa herencia porfiriana.
Y es que cuando el dictador se fue a Francia, aparecieron en las arterias de esta urbe una serie de construcciones que aunque en el momento fueron un poco estrambóticas, hoy en día son las mejores exponentes de la arquitectura modernista que vive en la Ciudad de México.
Pero antes de hacer un recorrido por estas magníficas obras de arte citadinas, valdría la pena explicar qué es el famoso Modernismo y por qué es importante. La primera definición es que es un estilo que se comenzó a gestar a finales del siglo XIX como resultado de la llegada del capitalismo y del fin de la monarquía en Francia.
En México este tipo de arquitectura se manifestó gracias a la llegada dos escuelas arquitectónicas; la organicista, que se caracterizaba por la unidad entre el exterior y el interior, y por tener una coherencia estilística entre: estructura, ornamentación y decoración; y la geométrica o Art Decó, cuyas predilecciones estéticas estaban en las líneas curvas de trazo seco y en las aportaciones que hicieron vanguardias como el Cubismo o el Futurismo.
Los arquitectos mexicanos de principios del siglo XX querían retratar en sus creaciones la vida en México después de Don Porfirio, quizá por eso se alejaron de Europa y se acercaron a la famosa Escuela de Chicago. Tuvieron por ejemplo la valentía de adueñarse del aire y dejaron en el horizonte los primeros edificios de la capital mexicana; una acción que cambió para siempre el paisaje de este lugar de la tierra.
Dicho lo anterior, aquí les dejamos algunos ejemplos memorables del paso del modernismo por la hermosa y compleja Ciudad de México.
El Palacio de las Bellas Artes
Hecho por el arquitecto italiano Adamo Boari…
Bellas Artes es una oda a la fertilidad y a los nuevos aires del México post-revolucionario. Los elementos modernistas que hay en este recinto son muy claros: murales que revisten sus paredes, una cierta austeridad de su interior, fastuosas escaleras de mármol de la entrada y una ornamentación particular que se puede apreciar en la herrería de las ventanas.
El edificio Río de Janeiro
Diseñado por el arquitecto e ingeniero británico Regis A. Pigeon…
También conocido como: La Casa de las Brujas; este singular espacio (ubicado en la Colonia Roma) rescata en su fisionomía muchos elementos del Futurismo de la escuela de Chicago. Su asombrosa fachada de ladrillos rojos, y techos cónicos, revela las necesidades geométricas del momento.
Teatro Metropolitan
Obra del arquitecto: Pedro Gorozpe Echeverría…
En la calle Independencia, en el número 90, hay un edificio que desde los años cuarenta es muy importante para la Ciudad de México. Un teatro (que antes era un cine) plagado de elementos modernistas. Se trata de una sencilla pero increíble construcción llena de elegantes líneas verticales en su fachada que nos llevan a la primera mitad del siglo XX. Este recinto ademas, cuenta con escalinatas en la entrada, y con un conjunto de estatuas distribuidas por todo el lugar.
La Nacional
Diseñado por Manuel Ortíz Monasterio…
Un espectacular inmueble que simplemente reúne todo: un poco del aire californiano de los años 30, un poco de Art Decó y una pizca del barroco que aveces se expresa en las obras modernistas. Se hizo entre 1929 y 1932, y un reto fue inmenso, ya que había que construirlo par que aguantara los temblores en la Ciudad de México. Quizá por eso, para levantar La Nacional se usó: concreto armado y se cimentó con acero.