Arquitectura Colonial Española en la CDMX.
Hay muchas maneras de aprender sobre la historia de un país: a través de su música, su literatura e incluso su comida, y por supuesto de arquitectura. Los estilos arquitectónicos también son variados y aunque muchos se derivan de la imitación de una decoración particular de otras tierras y tiempos, también cuentan su propia historia. Este es el caso de la arquitectura de la era colonial española en la Ciudad de México.
La historia mexicana es compleja e intricada, en particular lo es la historia de la Ciudad de México, la capital de la nación y una metrópolis diversa y en constante expansión. La historia arquitectónica de la ciudad ofrece otra forma de experimentar el crecimiento de un país, que además de ser extensa y variada, se puede ver reflejada en la evolución de los estilos arquitectónicos durante el período colonial español. Cuando se recorre la ciudad es imposible pasar por alto la historia de la zona.
Por arquitectura colonial española, podemos entender a los edificios de estilo español que se encuentran en la ciudad y gran parte del suroeste de Estados Unidos, que describe la gama de técnicas utilizadas durante el dominio de España en México, a saber: gran simetría, líneas limpias y de inspiración clásica con influencias moriscas, cúpulas y arcos apuntados. Que conforme se acentuaba la independencia mexicana, surgió el barroco mexicano, que añadió decoraciones exuberantes, a menudo intrincadamente trabajadas, a edificios sobrios e imponentes.
Mxcity te trae 6 ejemplos arquitectónicos de la Ciudad de México que reflejan el período colonial español:
Zócalo
Plaza de la Constitución S/N, Centro Histórico, Centro, 06010, CDMX
Formalmente conocida como Plaza de la Constitución, no tiene ninguna arquitectura per se; sin embargo, aquí es donde los conquistadores de la Nueva España construyeron su palacio, plaza principal y catedral, encima del palacio real, templo y tierra santa de los aztecas. Durante aproximadamente 300 años, el área estaría bajo el control de España. Hoy en día, nos ofrece excelentes vistas de otros dos edificios de la época colonial española, y también es una de las plazas más grandes del mundo y el centro de la vida cultural y política de México.
Palacio Nacional
Moneda, Centro Histórico, Centro, CDMX
El Palacio Nacional de México ocupa todo el lado este del Zócalo. Construido en el sitio de uns residencia azteca tlatoani, contiene algunas de las piedras reales utilizadas en el edificio anterior. Con el tiempo, se convirtió en la residencia de los virreyes que gobernaban la Nueva España. Este increíble lugar, alberga los edificios del gobierno de México, y es famoso por sus 14 patios accesibles al público, por los murales de Diego Riviera que fueron pintados en los años 1920 y 1930. Aunque su arquitectura ha cambiado un poco a lo largo de los siglos intermedios, se ve como un excelente ejemplo de la influencia española en el diseño de edificios mexicanos.
Catedral Metropolitana
Plaza de la Constitución S/N, Centro, Cuauhtémoc, 06000, CDMX.
La catedral fue diseñada por un arquitecto español y su objetivo era reflejar las catedrales góticas de Europa. Se le conoce como la Catedral Metropolitana de la Asunción de María, y al igual que el Palacio Nacional, la Catedral está construida sobre la tierra sagrada azteca. De hecho, el Templo Mayor, un sitio antiguo de culto azteca, está muy cerca. La construcción de este enorme edificio tomó 240 años, desde 1573 hasta 1813.
Castillo de Chapultepec
Primera Sección del Bosque de Chapultepec S/N, San Miguel Chapultepec I Sección, 11580 Miguel Hidalgo, CDMX.
Ubicado en la cúspide que da una increíble vista del Bosque de Chapultepec, este impresionante castillo ha servido como palacio, residencia presidencial y observatorio. Hoy en día alberga el Museo Nacional de Historia de México y es una mezcla de varios estilos, incluidos los estilos neoclásico y neogótico favorecidos por los españoles a fines del siglo XVIII.
Palacio de Iturbide
Av Francisco I. Madero 17, Centro Histórico, Centro, 06000, CDMX.
Construido entre 1779 y 1785 por encargo del marqués de Jaral de Berrio como un regalo de bodas para su hija, este imponente edificio en el corazón del zócalo capitalino estaba destinado a rivalizar con algunas de las mejores casas de Europa. Recibe su nombre actual del hecho de que Agustín de Iturbide vivió allí un breve periodo de tiempo. Sus muros de piedra ornamentales son excelentes ejemplos del estilo barroco mexicano que comenzó a ser popular a fines de la época colonial española.