Estrellas en medio de la oscuridad para entender el tiempo.
Cada verano el cielo nos regala una exhibición bioluminisceste llena de poesía. Un evento que se revela en las madrugadas al que los científicos conocen como la tormenta de las Perseidas; fenómeno astronómico que consiste en la aparición momentánea de meteoros en el Hemisferio Norte, cuya contemplación es casi tan antigua como los primeros habitantes de la tierra.
De hecho, según algunos historiadores la primera vez que el hombre se percató de esta sublime lluvia de meteoros fue en el año 36 a.C. Para los primeros habitantes de la tierra este acontecimiento era aterrador; algunos individuos incluso pensaban que era un mal presagio de los cielos y cuando veían numerosos astros luminosos volando en cuatro direcciones le pedían a los dioses que no los abandonaran.
Sin embargo, a pesar del rechazo inicial que generaba este rapaz juego de luces, poco a poco los contempladores del universo aprendieron a comprender la hermosura que cada año bailaba frente a sus ojos. Y fue en ese momento bautizaron el evento celestial como: Las Preséidas. Las llamaron así porque aparecían cerca de de Perseo; una Constelación que sólo se puede ver si se mira al norte.
Muchos años más tarde de ese primer avistamiento, en la Edad Media, las Perséidas se hicieron famosas porque su máximo esplendor coincidía con la celebración del natalicio de San Lorenzo, el 10 de agosto. De hecho, en honor al santo, las personas que celebraban a la deidad llamaron a los meteoros: “las lágrimas de San Agustín.”
Aunque para los esotéricos ese lluvia de estrella es la posibilidad de comunicarse con fuerzas superiores; los expertos de la NASA sostienen que la lluvia de las Perseidas sucede cuando la tierra pasa a través de las partículas que deja el Cometa 109/PSwift-Tuttle. Los fragmentos de este astro se queman al entrar en la atmósfera terrestre a una velocidad de 59 km/s, lo que provoca que entren en combustión y dejen toda clase de destellos en el cielo.
Hay que destacar que esta tormenta de meteoros, en particular, tiene una actividad muy alta. De hecho, se calcula que cuando sucede cruzan por el horizonte 100 estrellas fugaces cada hora.
Técnicamente el diluvio de las Perseídas inicia el 17 de julio. Sin embargo, hay que destacar que todos los años se vislumbra mejor el 12 y el 13 del octavo mes. La fecha nop podría ser mejor, porque justo el 11 de agosto del 2018 habrá luna llena y las estrellas fugaces podrán verse con mucha nitidez, sin la necesidad de un telescopio.
Aunque para ser testigo de esta maravilla astronómica siempre es recomendable salirse de la ciudad, ya es posible contemplar el fenómeno sin salir de la Ciudad de México gracias a las transmisiones en vivo. Para que no haya pretexto y sean parte de este evento del universo aquí les dejamos este link poderoso que les ayudará a ver la lluvia de las Perseidas y entender mejor lo que pasa fuera del mundo.