Mercado con historia.
El Mercado de la Ciudadela se encuentra en la Colonia Juárez, de la Ciudad de México y está especializado en la venta de artesanía mexicana. Está en el suroeste del Centro Histórico de la Ciudad de México, en la calle de Balderas, frente al jardín Morelos, y conocida como La Plaza de la Ciudadela en lo que antiguamente era el antiguo depósito de armas, hoy en día es el mejor mercado a nivel Nacional.
Hacia 1964, el gobierno de la ciudad de México y Ayuntamiento de Zacatlán Puebla, instaló la feria de la manzana, en cuyas exhibiciones se unen los primeros artesanos quienes apoyados por la secretaria de industria y comercio solicitan permisos para acceder al predio abandonado e instalar ahí las primeras ferias artesanales itinerantes de la ciudad de México. En junio de 1965 se establece el primer mercado de artesanías, con el nombre de “La Feria de la Ciudadela”, un año más tarde se consolidaría como la Unión de artesanos y similares de la república Mexicana.
El mercado propiamente se estableció en 1965 como parte de las preparaciones para los Juegos Olímpicos. La idea central del gobierno era atraer artesanos y artesanías de distintas regiones del país, para que fueran un atractivo para las olimpiadas y para el mundial de México 70. El éxito en estos eventos significó que el mercado se mantuviera de forma permanente.
Al principio este terreno era parte de la Cámara de Diputados, pero fue el presidente Gustavo Díaz Ordaz quien ordenó que el suelo fuese usado para el mercado, que pasó a ser administrado por el senado mexicano, y luego quien al Gobierno del Distrito Federal.
Pero fue que este hermoso mercado abrió sus puertas poco antes de los Juegos Olímpicos de 1968, con la finalidad de promocionar el patrimonio artesanal del país. Al principio operaban unos 350 vendedores que prestan sus servicios a clientes de diversos estados de México e incluso de otros países, dando origen al Mercado de Artesanías “La Ciudadela”, donde se exponen los productos elaborados de distintas regiones de nuestro país desde hace 50 años.
El mercado de la Ciudadela es reconocido mundialmente ya que produce y comercializa productos elaborados por manos mexicanas, preservando la tradición, el color, la creatividad y el amor de México. La Ciudadela, también es uno de los lugares turísticos más importantes de nuestra ciudad, donde se pueden encontrar diferentes expresiones de nuestros artesanos en diferentes materiales.
El mercado es un lugar donde se concentran 350 vendedores de los 32 estados de México. Muchos de ellos son pequeños locatarios que de alguna forma representa a casi 12 millones de personas que en México dependen de la artesanía para vivir incluyendo tanto hombres como mujeres.
La selección de artesanías que se encuentran en el mercado es una de las mejores del país. Es posible encontrar prendas, alebrijes, muebles, joyería, vidrio, textiles, cerámica mexicana, hamacas, espejos, cartonería, tapetes, charolas, cajas de Olinalá, sombreros e instrumentos mexicanos.
La venta de artesanías a turistas en el país asciende a 4 mil 700 millones de dólares anuales, con un crecimiento de 4 por ciento, de la cual dependen 12 millones de personas, principalmente mujeres, por lo que se certificará a los artesanos para reconocer su labor como parte del patrimonio cultural. A lo largo del tiempo se han mejorado los alrededores de la Colonia Juárez, para que los capitalinos y visitantes extranjeros conozcan más de la ciudadela; además de que puedan admirar los productos y hacer posible la venta de los artículos.
En 2013, el gobierno del Distrito Federal dijo que entregaría a los 355 locatarios el predio de 16 mil m2 que conforma la ciudadela, convirtiendo así al mercado en un gran modelo de desarrollo artesanal con tecnología, atractivos y una estación de Metrobús con el propósito de convertirlo en un pueblito artesanal, para hacer de la ciudadela un referente obligado de los turistas nacionales y extranjeros y un orgullo para todos los mexicanos.
La asociación de los artesanos contribuyó a que este lugar fuera un centro artesanal de excelencia con estilo de pueblo típico mexicano. Y aunque su sueño fue el de crear un kiosco para presentar espectáculos tradicionales como los voladores de Papantla, orquestas y bandas, todavía se está por hacerlo realidad