La vida de músico de Abundio Martínez.
Apolonio Abundio de Jesús Martínez Martínez fue un extraordinario músico compositor mexicano del siglo XIX. De hijo carpintero y director de una banda en su natal Huichapan; Abundio nace el 8 de febrero de 1875 en el barrio de Santa Bárbara del municipio de Huichapan.
A tierna edad se le enseñaron las habilidades de carpintero y aprendió a varios instrumentos, además de que aprendió armonía, contrapunto y solfeo al lado de su padre Don José María del Pilar Martínez, quien era director de la banda de música de Huichapan. Abundio, además, también tocaba el piano, el clarinete, el violín, la guitarra, la mandolina y el chelo.
Tras la muerte de su padre, él y sus hermanas Dolores y Soledad viajaron a la ciudad de México. En 1882 fue director de la banda de música de Popolitlán, a los 17 años. En 1897 conoce a Miguel Ríos Toledano, quien lo incorporó a la Banda de Zapadores. En 1908 fue vocal de la sociedad de compositores “Felipe Villanueva”. El estilo musical de Abundio está influenciado por el romanticismo y tiene un carácter típicamente europeo.
Es autor de valses, polkas, chotis, danzas, pasos dobles, una obra que celosamente está almacenada en la biblioteca de la Escuela Nacional de Música de la UNAM, y que representa una etapa transitoria en la música mexicana. Su creación más popular es el Vals “Arpa de Oro”, dedicado al entonces presidente Porfirio Díaz, y que en comparación con otro contemporáneo, Juventino Rosas, Martínez plasma en sus notas una compleja sencillez armónica y melódica.
Es el autor de más de doscientas obras, algunas de sus melodías más destacadas son: La paz de México, Poesía, Liras hermanas, Muchachas y flores, Ensueños de oro, Ana Gloria, Onda Cristalina, Besos y pesos, Delirio de amor, Noches apacibles, En el espacio, Los chamacos, Tú eres un ángel-juego de danzas, Diez danzas para canto y piano, Un día de campo, Hidalguense y En alta mar, vals dedicado a Carmelita Romero Rubio, quien era esposa de Porfirio Díaz.
Su música es tocada en todas las fiestas de la época y la bailan los científicos porfiristas hasta los parranderos de cantinas. Su vida, como la de muchos artistas mexicanos de la época, fue de gran pobreza. El 26 de abril de 1914, Abundio es víctima de tuberculosis y fallece a los treinta años después, en la ciudad de México. Su cuerpo fue envuelto en un raído abrigo por dos niños que vivían en la misma vecindad. Su mobiliario consistía en un hermoso piano, varios instrumentos musicales, un camastro y algunos recipientes. Su cuerpo fue enterrado en el Panteón de Dolores y los habitantes de Huichapan erigieron un monumento en su honor.
“El arpa de Oro”
“Hidalguense”
“Vals en altamar”
“Chotis”