amanecer

Una magistral colección de amaneceres de la Ciudad de México

Procurar que el amanecer no nos encuentre dormidos.

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Mientras todo el mundo duerme, hay un momento casi poético en el que la madrugada deja la oscuridad, y de pronto el azul intenso del cielo se llena de colores. Rayos que atraviesan sutilmente la atmósfera, que desde el inicio de los tiempos le han advertido al hombre que el Sol se apoderará del horizonte y que la llegada del amanecer es inminente. A lo largo del tiempo este ritual, inherente a la Tierra, ha sido visto y explicado por miles de hombres de todos los países y todas las generaciones.

Para los científicos este fenómeno que ocurre cuando, respecto a un observador el astro solar atraviesa el plano del horizonte y pasa al hemisferio visible; es decir, cuando su altura es cero y pasa de negativa a positiva.

 Para los lingüistas el amanecer es un vocablo que procede del latín hispánico manescĕre y significa: empezar a aparecer la luz del día. Hay que destacar que esta palabra, por su importancia ha tenido resonancias en todos los idiomas: en náhuatl se dice tlanezcayotl, y en purépecha erendini.

amanecer

Por su parte  los escritores, piensan que el amanecer es casi una metáfora de la vida. Es a la vez el aparatoso final de la oscuridad y la posibilidad de empezar de nuevo. Un evento capaz de mostrar las cosas tal cual son, sin las mentiras pálidas de la luna. Según Borges las puestas de madrugada son: “luces que discurren inventando sucios colores.”

Finalmente para los capitalinos, el amanecer es la oportunidad de contemplar una cara realmente bella de la Ciudad de México. Pocas cosas tan eternas como ver al sol salir de las faldas del Popo y de pronto iluminar el cielo silenciosamente. Cielos anaranjados sobre la iglesia (sin cruz) de Coyoacán, sobre las Chinampas en Xochimilco o sobre el eterno Ángel de la Independencia.

¿Nos acompañan a ver el como sale el sol en este lugar del mundo?

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