Las capillas de la Basílica.
La basílica de Guadalupe se llama, oficialmente, la Insigne y Nacional Basílica de Santa María de Guadalupe, y es el santuario mexicano de la Iglesia católica dedicado a la Virgen María en su advocación de Guadalupe.
La iglesia se ubica al pie del Cerro del Tepeyac en la delegación Gustavo A. Madero, al norte de la Ciudad de México. Esta sede pertenece a la Arquidiócesis Primada de México por medio de la Vicaría Guadalupana que desde 2010 se encuentra al cuidado de Enrique Glennie Graue quien tiene el título de vicario general y episcopal de Guadalupe y rector del Santuario.
Alrededor de veinte millones de peregrinos visitan el santuario anualmente, de los cuales cerca de nueve millones lo hacen en los días cercanos al 12 de diciembre día en que se festeja a Santa María de Guadalupe. La basílica de Guadalupe es uno de los fenómenos social-culturales más importantes de la ciudad, que tiene al menos el doble de visitantes que los santuarios marianos más conocidos del mundo.
El arquitecto Pedro de Arrieta comenzó la construcción de la primera basílica dedicada a la Virgen de Guadalupe en marzo de 1695. El día 1 de mayo de 1709 abrió sus puertas, con un solemne novenario, y en 1749 recibió el título de colegiata, es decir, que sin ser catedral, posee su propio cabildo. Su portada es exenta y simula un biombo, las cuatro torres octagonales de sus esquinas (coronadas con talavera amarilla con cenefa azul, lo mismo que la cúpula del crucero) tienen un significado asociado a la Nueva Jerusalén, la Jerusalén de oro, mencionada en el Apocalipsis (Ap 21, 18).
La basílica cuenta con la Capilla del Cerrito, Tepeyac, es la parroquia donde se recuerda el milagro de las flores frescas y la primera de las apariciones de Santa María de Guadalupe. Tiene el Cementerio del Tepeyac, el único camposanto de la época virreinal que aún se encuentra en actividad construido en 1740, y finalmente cuenta con la Capilla del Pocito, un templo ubicado en las cercanías de la falda oriente del cerro del Tepeyac construido de 1777 a 1791 y diseñado por el arquitecto Francisco Guerrero y Torres.
Se dice que fue edificado sobre un pozo de aguas “milagrosas” de donde bebían las personas y lavaban sus heridas los enfermos, hasta que se convirtió en foco de infección. Para controlar las epidemias se impidió el acceso directo al pozo y se construyó una techumbre sencilla, pero las peregrinaciones continuaron.
Aquí te dejamos las hermosas fotos nostálgicas de la vieja basílica de Guadalupe.