Tonacatépetl y el delirante mito del robo del maíz

Lee una parte original del texto prehispánico.

El Codex Chimalpopoca fue hecho por escribas indígenas en Náhuatl en el año de 1558. Dicho Codex narra la historia de los aztecas antes de la llegada de los españoles; donde una sección muy importante y especial es la llamada Leyenda de los Soles. La Leyenda en sí es hermosa. Cuenta la historia de cuatro mundos destruidos que los aztecas creían que existían antes de la creación de este mundo y este tiempo (el Quinto Sol). Cada uno de los episodios están más lleno de emoción que el otro. Los dioses creadores Tezcatlipoca y Quetzalcóatl tienen la tarea de hacer el Quinto Sol y de habitarlo con diferentes seres. Al desgarrar al monstruo de la tierra, Tlaltecuhtli, en dos, la tierra y el cielo celestial se materializan. La tarea de hacer humanos se asigna a Quetzalcóatl y él viaja al inframundo para pedirle al Señor de la Muerte, Mictlantecuhtli, los preciosos huesos que guarda. Dentro de la Leyenda de los Soles, se encuentra la leyenda del robo del maíz y el momento en que Quetzalcóatl busca alimento que habrá de sustentar a los hombres. Para ello acude al Tonacatépetl o cerro de las mieses, donde los tlaloques, ayudantes del dios de la lluvia, Tláloc, lo guardaban celosamente. Quetzalcóatl acude a su astucia para robar los granos preciosos y darlos como alimento al género humano. Aquí está el relato, que escribe Matos Moctezuma, Eduardo, en el texto “Festividades practicadas del lado de Tláloc”, que viene en la revista Arqueología Mexicana, en su número 81. “Han nacido los vasallos de los dioses”. Por cuanto hicieron penitencia sobre nosotros. Otra vez dijeron: “¿Qué comerán, oh dioses? Ya todos buscan el alimento”. Luego fue la hormiga a coger el maíz desgranado dentro del Tonacatépetl (cerro de las mieses). Encontró Quetzalcóhuatl a la hormiga y le dijo: “Dime adónde fuiste a cogerlo”. Muchas veces le pregunta; pero no quiere decirlo. Luego le dice que allá (señalando el lugar); y la acompañó. Quetzalcóhuatl se volvió hormiga negra, la acompañó, y entraron y lo acarrearon ambos: esto es, Quetzalcóhuatl acompañó a la hormiga colorada hasta el depósito, arregló el maíz y en seguida lo llevó a Tamoanchan. Lo mascaron los dioses y lo pusieron en nuestra boca para robustecernos. Después dijeron: “Qué haremos del Tonacatépetl?”. Fue solo Quetzalcóhuatl, lo ató con cordeles y lo quiso llevar a cuestas, pero no lo alzó. A continuación Oxomoco echó suertes con maíz; también agoró Cipactónal, la mujer de Oxomoco. Porque Cipactónal es mujer. Luego dijeron Oxomoco y Cipactónal que solamente Nanáhuatl (el buboso) desgranaría a palos el Tonacatépetl, porque lo habían adivinado. Se apercibió a los tlaloque (dioses de la lluvia), los tlaloque azules, los tlaloque blancos, los tlaloque amarillos y los tlaloque rojos; y Nanáhuatl desgranó el maíz a palos. Luego es arrebatado por los tlaloque el alimento: el blanco, el negro, el amarillo, el maíz colorado, el frijol, los bledos, la chía, el michihuauhtli (especie de bledos); todo el alimento fue arrebatado (Leyenda de los Soles). Este mito describe los eventos que pasaron para dar nutrición a los humanos, así como para detallar el descubrimiento de la existencia del maíz. Aunque existen muchas versiones del descubrimiento del maíz han surgido a lo largo de Mesoamérica, especialmente en la región maya; las historias son similares y se centran en la búsqueda de los dioses del alimento ideal para dar a la humanidad. El filósofo e historiador Alfredo López Austin, explica que este mismo mito se puede encontrar en un área geográfica tan grande porque es parte de una tradición mesoamericana, no únicamente azteca ni maya, que tenía fuertes rasgos culturales desde el norte hasta los estados modernos de Baja California. California y Chihuahua hasta El Salvador y Honduras. El inmenso territorio que formó Mesoamérica fue un lugar de interacción constante entre las culturas y los pueblos. Se convirtió en el asiento de una tradición nativa fuerte y amplia. López Austin dice en su libro Tamoanchan, Tlalocan, que la historia presentada sobre el robo del maíz, sirve para ilustrar un cierto tipo especial de mito de creación, uno en el que un elemento vital está oculto a los dioses y se les asigna la tarea. de revelarlo. El origen del maíz, una vez revelado, prepara el escenario para el comienzo de la era humana … Todo el grano del Tonacatépetl, hizo posible dar sustento a los humanos. El maíz es importante para comer tortillas y tamales, un alimento muy querido en Mesoamérica, que se llevaba a cabo antes de hacer la masa de maíz o harina. Para esto es necesario hervir con cal (óxido de calcio) para liberar al mazi de toxinas y aumentar el calcio, en un proceso denominado nixtamalización; la base de la alimentación y hoy en día, de la gastronomía mexicana.