Guía práctica para preparar un altar de día de muertos en casa

Consejos para crear tu propio altar de Día de Muertos para celebrar desde casa.

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El Día de muertos es una increíble festividad mexicana en donde se rinde homenaje a los antepasados que nos guiaron en vida. Esta fecha se deriva de la creencia mexica que las mariposas cruzaban el Inframundo trayendo en sus alas, por una sola noche, a los espíritus de los difuntos.

De hecho, de acuerdo con el calendario prehispánico, esta fecha se consagraba al señor de los muertos, Mictlantecuchtli. A él se le brindaba una ofrenda o un altar durante cinco días –desde el 30 de octubre hasta el 3 de noviembre en el calendario gregoriano–, en la cual se rinde un pomposo homenaje a las almas de los niños el día 31 de octubre, y a los adultos a medio día del 1º de noviembre.

Desde entonces, este homenaje a la muerte, como si el pavor ante ella pudiera desaparecer con estas embelesadoras ofrendas –casi como si pudiera escoger calmar su ira por unos días–, se ha vuelto una costumbre a lo largo y ancho del país. Los colores, tonalidades, aromas y sabores pretenden entonces convertir la experiencia de la muerte en una especie de dicha para recordar a los difuntos con animosidad.

Por esta razón hemos decidido compartirte algunos consejos para crear tu propio altar de Día de muertos, y rendir un homenaje, con tu propio estilo, a la muerte y a la vida. Para ello, necesitas los siguientes elementos:

  • Flores de cempasúchil –o la “flor de veinte pétalos”–. Se dice que sus pétalos son utilizados para trazar caminos que dirigen a las almas de la entrada del hogar a la ofrenda, además de colocarse en floreros y arcos.
  • Arcos, los cuales representan la puerta que da la bienvenida a los fieles difuntos.
  • Calaveritas de azúcar o de amaranto.
  • Pan de muerto, hay de todo tipo en la ciudad, aquí algunas recomendaciones.
  • Papel picado, el cual se cree que representa al aire, uno de los cuatro elementos omnipresentes en la ofrenda.
  • Agua, que se encargará de saciar la sed de las almas viajeras. Se trata de uno de los cuatro elementos básico de la naturaleza.
  • Retrato del difunto. Un gran símbolo de reminiscencia y celebración de la vida después de la muerte.
  • Incienso o copal, el cual es otra representación del aire y guía olfativa para los fieles difuntos que “nos visitan”.
  • Color morado, pues es el tono tradicional del luto.
  • Veladoras, como la representación del fuego. Se trata de un elemento para iluminar su camino a casa.
  • Platillos y bebidas preferidas del difunto, como el mole, pozole, tequila…
  • Dulces mexicanos para las almas de los niños.
  • Frutas. Como por ejemplo, la caña, pues representa los huesos de los difuntos.


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