Se dice que en este edificio vivió una bruja que invocaba espíritus y fantasmas.
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En la esquina donde se encuentran las calles de Orizaba y Durango, en el corazón de la colonia Roma, se erige un edificio de departamentos llamado Río de Janeiro. Se trata de una construcción ecléctica, además de apabullante, hermosa y desde luego, misteriosa.
A este inmueble, casi todos los vecinos de la zona lo conocen como la Casa de las Brujas. Muchos creen que es por el aspecto de su fachada principal, la cual está compuesta por un techo que evoca los sombreros icónicos de las brujas. Debajo de este elemento unas ventanas dan la impresión de ser ojos. En conjunto, parecería que el rostro de una bruja rige al edificio.
Su levantamiento data de 1908, cuando Porfirio Díaz lo mandó construir en el marco de las celebraciones del Centenario de la Independencia. El estilo contrastaba con lo que en aquella época abundaba en la colonia Roma, y es que al ser diseñado por el arquitecto británico Regis A. Pigeon, la arquitectura asemejaba mucho más las cualidades inglesas.
Imagen: Archivo El Universal.
Lo sugestivo de la Casa de las Brujas es que aún conserva varios detalles de aquella construcción original, que por cierto, los primeros años fungió como hotel de lujo. Más tarde, para la década de los 40, el arquitecto mexicano Francisco J. Serrano intervino con una exhaustiva remodelación.
Varios pormenores hicieron de la fachada un escaparate de distintos estilos arquitectónicos, que de forma armoniosa convivían y destacaban en la colonia. Los interiores de las habitaciones fueron muy al estilo del art decó, y vale la pena aclarar que los cuartos aún mantienen ese ambiente del México porfirista.
Para los años 70 el tabique rojo que caracteriza al edificio comenzó a sufrir algunos deterioros. Y pese a que con el terremoto del 85 la construcción se mantuvo incólume, los inquilinos decidieron invertir para restaurarlo y volverlo uno de los edificios de departamentos más bellos no sólo de la colonia Roma, sino de toda la ciudad.
Imagen: Flickr / Gtercero.
Aunado a esto, tanto los habitantes del lugar como los vecinos de la zona, se encargaron de propagar historias para darle motivos terroríficos al apodo del edificio. Varios aseguran, que a mitad del siglo XX, en una de las habitaciones vivía una bruja llamada Bárbara Guerrero.
Popularmente, era conocida como la Pachita. Su fama arribó después de las batallas de la Revolución, ya que se volvió como la “chamana oficial” de diversos personajes de la vida pública del país en aquella época. La Pachita realizaba rituales, donde invocaba espíritus y fantasmas. Vecinos claman que aún deambulan por los rincones del edificio, pues en ocasiones se escuchan ruidos extraños.
Sin embargo, la realidad es que el valor intrínseco de la Casa de las Brujas es su arquitectura. Se trata de un edificio que ha sobrevivido varios años, y se ha caracterizado siempre por ser una yuxtaposición de estilos arquitectónicos que casualmente, también cuenta con historias tenebrosas en sus paredes.
Dirección: Plaza Río de Janeiro 56, Roma Nte., 06700 Ciudad de México, CDMX.
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