“Fue una gran suerte haber nacido en México” – Fernando del Paso
Obsesionado con las palabras, Fernando del Paso ha sido más que uno de los mejores escritores que ha tenido México, un auténtico coleccionista de historias que ha tenido el poder de retratar la esencia de la condición humana. Ese flujo interminable de filosofía, fracasos, deseos y esperanzas que hacen que los mortales vivan la existencia con cierta profundidad.
Dos son las pasiones que han regido su vida: la pintura y por supuesto la literatura. Según cuentan los que lo conocen el genio es zurdo para dibujar y diestro para escribir. Ellos, los que lo han visto de cerca, también aseguran que su alma es más grande que todo; que el tiempo, que el sueño, que la muerte, que las tormentas. Su espíritu es sólo equiparable a la buena poesía.
Nació en una casa, con todo y partera, de la Calle de Orizaba, en la magnífica Colonia Roma, un 1 de abril de 1935. Siempre quiso dedicarse a plasmar imágenes en el óleo, pero a los 12 años le compuso unos versos a su madre y se dio cuenta que su futuro estaba en las letras. Un año más tarde escribió a mano una novela de 35 páginas que tiró a la basura. “Me hubiera gustado conservarla.” le aclaro a un periodista.
Fue así que del Paso se adentro en el intrincado mundo literario. Leyó a Rulfo, a Lezama Lima y a Lewis Caroll y de acuerdo a sus propias palabras: estos artistas fueron sus más grandes influencias. Lo que siguió de estas primeras lecturas de juventud fue su necesidad contundente de llenar y llenar hojas.
Pronto llegó a su vida el impuso de mezclar en una misma experiencia su amor por la historia de México y por las novelas. De esa asociación nacieron algunos de sus trabajos más memorables. Por ejemplo, José Trino sobre las lucha ferrocarrilera de 1920 y además Palinuro de México una autobiografía inventada.
Pero quizá (aunque esto es cuestionalbe) su obra más reconocida es Noticias del Imperio; un texto que relata con detalle la llegada de Maximiliano de Habsburgo a nuestro país. En esta novela Fernando Del Paso plasmó una investigación de más de dos años acerca de la biografía del segundo emperador de México. Y aunque todo le costó muchos trajo lo más difícil fue darle una propia voz a Benito Juárez.
A lo largo los años, la obra del capitalino se ha intensificado y es tan buena, que alrededor de él y los vocablos se ha inventado ha nacido una leyenda que afortunadamente prevalece hasta nuestros días. De hecho, recientemente para aplaudir su trayectoria y sus años de entrega a la pluma, el mexicano recibió el importantísimo premio Cervantes.
Para rendirle un homenaje atemporal a esta eminencia mexicana, hemos juntado 20 frases de Fernando del Paso sacadas de sus entrevistas, novelas y charlas. Advertimos que lo que están a punto de leer es simplemente sabiduría pura.
“El trabajo, la ciencia y las artes, son más dulces que los destellos de una corona…”
“Nunca somos lo que fuimos ayer, doctor, nunca seremos mañana los mismos de hoy… Y la vida se nos escapa imitándonos a nosotros mismos y tratando, como Kafka, de solucionar el enigma de nuestra propia identidad.“
“Más que un escritor con éxito soy y he sido un ser humano con suerte, fue una gran suerte haber nacido en México y hablar la lengua castellana” Conferencia de prensa
“En un país donde puede pasar TODO, no pasa NADA.“ De Noticias del Imperio.”
“La historia no se repite, pero a veces se parodia a sí misma” Amo y señor de mis palabras.”
“La poesía debe asaltar todas las manifestaciones artísticas que pretendan ser memorables.”
“Con tu lengua y con tus ojos, tú y yo juntos vamos a inventar de nuevo la historia…”
“Cuando un lector abre un libro, una novela, se coloca en una actitud muy especial, en la de creer lo que le va a contar el autor.”
“En la justicia se fundan todos los imperios.”
““Estoy convencido de que para situar a un personaje en su época es necesario reflejar el ambiente en el que vive y se desarrolla.”
“México se fue a la barranca y es indispensable sacarlo de ahí”
“Cuando yo me muera, allí está todo el año: tómalo. Cuando yo me muera, cómprate un calendario y por cada mes que todavía me quieras, deshoja la hoja, arráncala, arrójala: A enero, mándalo al cielo. A febrero, con mis camisas…”
