Bar del Auditorio Nacional.
El Auditorio Nacional busca ampliar la experiencia de sus asistentes con el fortalecimiento de su infraestructura. En 2017 este fascinante escenario mexicano registró 222 días de ocupación, de los cuales ofreció 215 funciones, 175 espectáculos públicos y 40 eventos privados.
De los 175 espectáculos públicos, 125 fueron conciertos, 24 espectáculos de danza, 10 transmisiones de ópera desde el Met de Nueva York, ocho espectáculos infantiles, tres conciertos sinfónicos visuales, dos espectáculos de ópera/ danza, una conferencia, un espectáculo teatral y un espectáculo de stand-up. Con el propósito de hacer más espectacular estas experiencias, se buscará la creación de un bar y una tienda para todos los presupuestos. Y es que artistas nacionales e internacionales buscan este recinto.
Su bar cuenta con azulejos brillantes se curvan suavemente en el techo fue creado por el estudio mexicano Esrawe ha completado en uno de los lugares de entretenimiento más grandes del país. Escondido debajo de una gran escalera de esta enorme estructura completada en 1952 por los arquitectos Fernando Peña Ingenieros Óscar de Buen y Guillermo Salazar Polanco, luego remodelada por Teodoro González de León, quien también diseñó el Museo Tamayo en las cercanías.
El bar Salón Sociedad reúne a empleados corporativos en un interior oscuro y acogedor. El estudio diseñó la barra para resaltar el carácter icónico del espacio, incluidas características como el techo arqueado que se extiende de un extremo a otro. Esto estaba cubierto completamente con delgadas baldosas de cerámica recubiertas con un esmalte de color cobre, que reflejan la iluminación atmosférica utilizada con moderación alrededor de la habitación.
La barra se extiende a lo largo del espacio en un lado, donde una serie de encimeras de bronce se colocan sobre un zócalo de hormigón estriado. Detrás están los estantes para almacenar y exhibir botellas de licor y cristalería están formados por latón pulido. La característica proporciona otro elemento de contraste y luminosidad dentro de un espacio de tonos oscuros y neutros.
La iluminación se instala en los huecos de la estantería, así como a lo largo de la base de la barra y en tiras finas a lo largo del techo. Las paredes y baldosas oscuras se suman a la atmósfera cambiante y permiten que las características de luz se destaquen. Las características arquitectónicas existentes del edificio también se incorporan en el diseño. Dos grandes columnas circulares que soportan la escalera están integradas y reflejan la expresión áspera presente en la materialidad del recinto.
El estudio Esrawe fue fundado en 2003 por el arquitecto y diseñador Héctor Esrawe, cuya extensa cartera abarca desde muebles coleccionables hasta botellas de perfume. Pero esta vez, con la creación del nuevo bar del Auditorio Nacional, se interviene el espacio con un carácter atemporal, sofisticado, cálido y sereno a través de una cromática y materialidad neutra a partir de tres gestos con geometrías puras, simples y contundentes. Un espacio que morimos por conocer y que seguramente tendrá tragos increíbles.
Auditorio Nacional: Paseo de la Reforma 50
Fotografías de Jaime Navarro.