La preciosa casa brutalista de Pedro Reyes y Carla Fernández en Coyoacán

Una galería de la casa de dos figuras destacadas de México: La diseñadora y el artista.

 

 

 

La casa en Coyoacán de estos creativos mexicanos ha recibido tanto reconocimiento que durante el Design Miami 2018 se presentó una exposición, que ha sido otorgado en años anteriores a líderes de la comunidad creativa como Zaha Hadid, Tokujin Yoshioka, Konstantin Grcic, Sir David Adjaye e Yves Béhar.

La diseñadora de moda Carla Fernández y su esposo el artista y arquitecto Pedro Reyes, transformaron una construcción de los años 80 en un proyecto que hace eco de una estética brutalista; a saber, un estilo arquitectónico en un principio inspirado por el trabajo del arquitecto suizo Le Corbusier y en Eero Saarinen, y que hoy en día se caracteriza por geometrías angulares repetitivas, a menudo permanecientes a las texturas de los moldes de madera que se emplearon para dar forma al material, que normalmente es hormigón.

 

 

 

El brutalismo, asimismo, se asocia con las ideologías de utopías sociales que tendían a promover sus diseñadores, cuya  idea es expresar los materiales en bruto, como pueden ser ladrillos, cristal, acero, piedra áspera y gavión.

Esta casa en Coyoacán, incorpora suelos de piedra en referencia al Museo Anahuacalli, diseñado por Diego Rivera, y un uso del concreto sugerido por la obra de Teodoro González de León. La casa es un taller de experimentación para Pedro y Carla una cuyos estilos tienen gran audiencia en todo el mundo.

 

 

 

Su visión enaltece a la cultura indígena mexicana, los valores sociales en las comunidades y la interacción humana íntima en una era de intercambio digital. Los muebles en su mayoría están diseñados por ellos mismos, algunos se confunden entre las esculturas. La casa, y sobre todo la sala de doble altura, es un espacio de exposición para su colección de obras de arte, literatura y diseño. Pedro la describe como un laboratorio en donde invitan a artistas locales y artesanos a realizar colaboraciones y a encontrar inspiración en el espacio.

 

 

 

Entre los dormitorios principales hay un lugar de hamacas mexicanas de la mejor calidad, tejidas por mujeres de Izamal en Yucatan y de Calkiní en Campeche, cada una de estas hamacas requiere de dos meses de trabajo y en una pueden dormir hasta cuatro personas. También hay muros que fueron construidos a mano por artesanos de la comunidad de Coyoacán.

En el segundo piso se encuentran tres habitaciones dos para sus hijos y una para ellos, así como un salón familiar, y baños. La casa alberga una biblioteca que es un lugar de reunión de amigos, familiares y artistas locales, muchos de los cuales establecen su residencia temporal mientras trabajan con la pareja en sus muchos esfuerzos de colaboración.

 Sin más, te dejamos con esta galería de fotos de esta bellísima casa.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Fotos de Dezeen y Freunde von freunden