En mixteco, Ñuu Savi o Ñuudzahui, significa “Gente de la lluvia”.
. . .
Igual que otros pueblos indígenas en México, los mixtecos tienen una antigua y orgullosa historia de logros en ciencias, matemáticas y escritura con códices. Los mixtecos son bien conocidos en el mundo antropológico por sus códices, o imágenes fonéticas en las que escribieron su historia y genealogías en piel de venado en la forma de “libro doble”.
La historia más conocida de los códices mixtecos es la del Señor Ocho Venado, llamada así por el día en que nació, cuyo nombre personal es Garra de Jaguar, y cuya historia épica está relacionada en tres códices principales, el Codex Vindobonensis Mexicanus I, Codex Bodley, el Zouche-Nuttall.
Estos códices son importantes porque si bien, los mixtecos tuvieron sistemas de escritura textual, optaron por pictograma, signos icónicos dibujados y no lingüísticos, que representa objetos o significados. Estos pictogramas representan eventos históricos como el nacimiento, el matrimonio, la coronación, la guerra y la muerte, mientras que los glifos escritos registrarían la fecha del evento e identificarían a las personas y lugares involucrados.
Aunque todo el sistema de símbolos e iconografía que se encuentran en todo el mundo antiguo son fascinantes, los que se desarrollaron en la antigua Mesoamérica no tienen nada que envidiar. De hecho, por su desarrollo independiente de culturas mediterráneas o asiáticas, y por la variedad de tipos de escritura previa a la conquista, esta iconografía representa un logro intelectual único en esta parte del nuevo mundo.
Este tipo de pictogramas no sólo fue importante en su época, también es un tipo de escritura de gran relevancia al día de hoy; al grado de influir de varias maneras en la cultura mixteca moderna. A pesar de que existen alrededor de 500,000 personas de habla mixteca en México, estos cuentan con grandes diferencias entre los varios dialectos mixtecos modernos, y se ha estimado que existen al menos una docena de idiomas mixtecos diferentes.
El Códice Vindobonensis o Códice Yuta Tnoho es una documento pictográfico importante, ya que registra las creencias mixtecas sobre el origen del universo, sus dioses e historias mitológicas de los pueblos mixtecos. Este códice es responsable de contar mediante pequeños dibujos, el origen mitológico del pueblo mixteco y sus creencias divinas. En el Códice Vindobonensis Mexicanus I, uno de los hombres de maíz copuló con un árbol y dio a luz al Señor de la Mixteca, que retó y venció al sol e impidió que este astro se opusiera al establecimiento de los mixtecos en su territorio.
Fue elaborado en la época de la Mixteca Alta, localizada en lo que ahora es el noroeste de Oaxaca. Es un biombo de piel curtida de venado que consta de 52 láminas escritas por ambas caras. Toma su nombre de la ciudad de Viena (Austria) —Vindobona en latín— donde ahora se encuentra en la colección de la Biblioteca Nacional austriaca. Este códice es uno de los más pocos documentos de la época precolombina que se conservan en la actualidad.
El Codex Zouche-Nuttall es una pieza plegada en acordeón, que registra las genealogías, alianzas y conquistas de varios gobernantes de los siglos 11 y 12 de una pequeña ciudad mixteca en las tierras altas de Oaxaca, de principios del siglo XII al XII. Este código cuenta las historias de un grupo de guerreros que conquistan una ciudad. Pueden observarse los glifos con puntos sobre cada uno de los participantes en la escena. Se cree que los glifos son nombres son signos de un día calendárico. La razón de esto es que entre los nobles mixtecos, el nombre de una persona a menudo es su cumpleaños.
El Codex Zouche-Nuttall se hizo en el siglo XIV. Probablemente llegó a España en el siglo XVI, después de identificarse en el Monasterio de San Marco, Florencia, en 1854 y se vendió en 1859. Hoy en día se encuentra en el Museo Británico.
Estos manuscritos permiten rastrear la historia de los mixtecos y de sus centros antiguos capitales como Tilantongo, Mitla y Monte Albán (que se había originado como una ciudad zapoteca antes de que los mixtecos obtuvieran el control de la misma).
En el apogeo del Imperio azteca muchos mixtecos rindieron homenaje pero no todos los mixtecos se convirtieron en vasallos. Mantuvieron una sangrienta resistencia hasta que fueron conquistados por el conquistador español Pedro de Alvarado.
Hoy en día, las comunidades mixtecas se describen como transnacionales o transfronterizas debido a su capacidad de mantener y reafirmar los lazos sociales entre sus países de origen y la comunidad de la diáspora.