Una prueba más de que nuestra comida es la mejor del mundo…
No cabe duda que la gastronomía mexicana es una parte fundamental para explicar nuestra cultura y nuestra identidad. Desde épocas ancestrales, los sabores y esencias de los platillos típicos de nuestro país han conquistado el paladar de personas de todo el mundo. Recetas milenarias que. a pesar del tiempo, la Conquista, el porfiriato y la Revolución, siguen vivas y desafían con su sabor el tiempo.
En honor a lo anterior y porque ya es septiembre, vamos a rendirle un homenaje a uno de los platos más antiguos y representativos de nuestra cocina: los tamales. Una invención culinaria precolombina, cuya receta ha permanecido intacta desde sus orígenes debido a sus multifacéticos sabores que van desde el mole hasta la piña.
Los aztecas lo llamaban Tamalli que significa “envuelto”. Sus inicios se ubican en el corazón de las culturas maya y mexica. Según nuestros predecesores este alimento fue uno de los más emblemáticos y recurrentes que tenían y por eso, casi siempre eran reservados para festejos o grandes sucesos debido a su complejo proceso de elaboración.
Para crear este alimento los antiguos usaban una olla llamada comitl en la que se ponían a hervir: maíz, agua y sal. El tamal podía comerse solo o con algún relleno de verduras, chiles y frutas. Además, se le agregaba a la masa, para darle pigmento, el colorante que dejaba un tipo específico de cochinillas.
Una vez que la preparación estaba terminada, se la envolvía hojas de maíz o de plátano. Se dice que ésta característica nació cuando las civilizaciones empezaban a necesitar soportes para su comida, algo así como platos de antaño.
Según las crónicas de Fray Bernardino de Sahagún, un misionero que dedicó buena parte de su vida a escribir acerca de la cultura mexicana, los tamales llamaron inmediatamente la atención de los españoles sobre todo por la forma en la que los indígenas los degustaban. “Comían también tamales de muchas maneras; unos de ellos son blancos y a manera de pella, hechos no del todo redondos ni bien cuadrados”.
Por otro lado, De acuerdo a la investigación que hizo el cura ibérico respecto a este plato, durante la época prehispánica los tamales eran el alimento que comían los guerreros entre batalla y batalla.
Sin embargo, lo anterior no se conoce con certeza. Lo que sí se sabe es que su receta sigue intacta, de hecho el único cambio consistente en su preparación es que antes los tamales se preparaban sin grasa y después de la conquista, y gracias la llegada de varios alimentos europeos, se le integró a l amasa manteca de puerco que años más tarde se convirtió en un ingrediente esencial.
Actualmente existe una cantidad impresionante de versiones para este riquísimo platillo. Solamente en México se han registrado 500 recetas diferentes, si no es que más. Disfrutar un tamal es atemporal pero sobre todo en este mes patrio es un platillo que no puede faltar en cualquier menú.
Así que, sea cual sea tu preferido, recuerda que cada mordida a un tamal representa miles de años de historia culinaria.
[Portada] Foto de Tamalli
Autor: Desiree Prado