Esta hermosa tienda de la Condesa nos recuerda a nuestra cultura en cada objeto.
Aunque hoy en día se tenga la posibilidad de hacer turismo espacial, al menos en teoría, muchas personas prefieren el vestigio y el pasado, lo vintage; es decir, objetos o accesorios con cierta edad, que son muy “nuevos” como para catalogarse antigüedades pero que son muy “viejos” como para para venderse como objetos de lujo.
Lo vintage nos atrae porque el futuro es abrumador. Si alguna vez nuestros abuelos y padres pensaban que lo que importaba era lo que viniese del mañana, en la era de lo atómico, del plástico y las Casas-Futuro, ahora lo que interesa es el pasado. A las personas nos gusta recordar las cosas porque hay añoranza, ny sobre todo un nivel de accesibilidad más grande, que el viaje al espacio. Es por eso que decidimos utilizar tazas vintage, decorar nuestra sala con un cuadro de los años 60 y recuperan el estilo y la estética de la abuela.
La tienda Tamarindo Guayaba sabe bien que su público añora los objetos únicos, divertidos y con esa estética que nos remite a la tradición mexicana. En esta tienda todo es especial de alguna u otra manera, las piezas son únicas o están hechas a mano, además de que muchos objetos disponibles vienen de países como Japón, Corea, Panamá y Colombia pasando por piezas antiguas de Europa de Este y Nueva York.
Daniela Kiehnle es la dueña de la tienda y la mente maestra detrás de esta hermosa tienda, cuya selección de piezas que están a la venta, son las que ha reunido de sus viajes y encuentros fortuitos con artesanos caminando en la hora y lugar indicados. Además, Daniela es una cliente de mercados y tianguis de la CDMX.
Por si esto fuera poco, Tamarindo Guayaba se encuentre en un edificio de 1911, y una de sus piezas más antiguas es un vestido de 1910 caracterizado por un estampado que resulta extraño imaginar ser usado en aquel periodo. Este lugar especial se ubicado en la esquina de Juan de la Barrera y Pachuca de la colonia Condesa de la CDMX.
La fachada de la tienda posee unos rótulos coloridos que dicen “Tamarindo Guayaba”, y que dejan ver este espacio y algunos de sus peculiares objetos. Algunos de los objetos difíciles de conseguir son un florero Art decò, jabones de Israel, juguetes japoneses, telas africanas, un libro tejido y joyería hasta colaboraciones con artistas como la ilustradora Rachel Levit, con sus piezas Mujer Nopal; los indestructibles anillos de Los Meses; las bolsas y playeras bordadas a mano de Kashé & Shirotta; hasta las singulares pipas de Kong Cerámica.
Es un lugar que también aprecia el trabajo de la gente que no se considera artista o artesano, tal vez una señora apasionada por el bordado o tal vez un curioso que realizó una bonita caja hace muchos años puede estar expuesta en la tienda. Muchas historias encerradas en cada uno de los objetos, en sus texturas o detalles que reflejan su paso por el tiempo y que esperan ser encontradas por el siguiente dueño, aquel que lo encuentre significativo
Este lugar es un sitio que nos despierta la curiosidad ya que está repleta de objetos vintage, juguetes, cerámica, telares y objetos nacionales. El broche de oro son las colaboraciones con colectivos emergentes y trabajos de artesanos amateurs. Échale ojo a los rebozos de Casa Tigre Blanco, a las litografías feministas de Rachel Levit y a la cerámica surrealista de Ilse Monroy.
Tamarindo Guayaba
Dónde: Juan de la Barrera s/n esquina Pachuca, Condesa.
Cuándo: Martes a domingo de 12:00 a 20:00 hrs.
Entrada libre
Fotografías de Timeout México