Alumnos de la UNAM crean pequeña vivienda con sistema de sustentabilidad

La vivienda de la ciudad se reinventa en un espacio de 12.5 m2.

 

Una de las necesidades básicas de todo ser vivo es la vivienda, pero para el grueso de la población cada vez se hace más difícil cubrir esta necesidad. Sin mencionar que a esto debe sumarse la idea de aprovechar inteligentemente los recursos naturales y la preservación del medio ambiente a favor de las generaciones futuras.

Muchos diseñadores de viviendas están comenzando a adoptar sistemas que optimicen el uso de aguas recicladas o de lluvia, al igual que métodos alternativos para obtener o generar energía y el calentamiento del agua,

 

 

Es por ello que si se cuida el diseño inicial de la obra es posible tener un ahorro en la cantidad de desperdicios durante la construcción inicial y se reducirá la necesidad de realizar modificaciones posteriores. Generar viviendas sustentables es el gran reto del nuevo urbanismo, ya que esto implica una serie de aspectos que parecen muy teóricos pero que en la vida real no son tan complicados de conseguir.

Es así que los nuevos diseños de viviendas cada vez más utilizan ecotecnologías para la vivienda sustentable, tales como materiales térmicos y aislantes, focos ahorradores de energía, celdas solares, microsistemas para tratamiento de aguas grises, sanitarios ecológicos, captación, almacenamiento y re-uso de aguas pluviales.

 

 

En una ciudad donde el uso de suelo es cada vez más caro y menos accesible, el fenómeno de la vivienda intraurbana requiere desarrollos innovadores. Si bien por muchos años la solución de varias instancias, sobre todo gubernamentales, fue el establecimiento de unidades habitacionales en la periferia de grandes metrópolis, ahora un grupo multidisciplinario de la UNAM propone volver la vista a la problemática y contribuye a la discusión a través de un proyecto que han bautizado como Vivienda Industrializada Sustentable (VIS).

Un grupo multidisciplinario de la Universidad Nacional Autónoma de México diseñó el proyecto de Vivienda Industrializada Sustentable (VIS), que consiste en un hogar de 12.5 metros cuadrados como respuesta al cada vez más caro uso de suelo de la metrópoli. Pero no solo se trata de un espacio pequeño para el uso de la vivienda, esta lugar además cuenta con cuenta con sistemas de sustentabilidad que la dotan de autonomía y tiene manufactura industrial, contrario a la forma en la que se conciben los inmuebles actualmente.

 

 

 

Con VIS se haría frente al impacto ambiental, se facilitaría la compra de una casa en la ciudad y se sortearían los problemas del uso de suelo. De acuerdo con el urbanista Enrique Soto, asesor del proyecto, actualmente existe un problema por el valor del uso del suelo que dificulta a las nuevas generaciones a “acceder a una mejor localización dentro de la urbe”.

Es por ello, que el proyecto consiste en una casa compacta y móvil, con un peso de no más de 3.2 toneladas.  A pesar de sus reducidas dimensiones, la vivienda está diseñada para brindar una sensación de espacialidad amplia, además de estar completamente equipada con lo necesario para la habitabilidad de un máximo de dos personas ofreciendo, además, una opción a los nuevos modelos de familias unipersonales o de parejas sin hijos. Esta vivienda está diseñada para poder brindar una sensación de espacialidad amplia y está equipada con lo necesario para la habitabilidad de un máximo de dos personas: cocina, sala-comedor, baño y una recámara con cama matrimonial.

 

 

Estas casas podrían adquirirse con un precio de entre 350 mil y 380 mil pesos e incluye:

– Refrigerador

– Estufa

– Parrilla eléctrica

– Colchón

– Paneles solares

 

 

 

El VIS busca estudiar alternativas que traten de entender la ciudad y la forma de habitar en la ciudad, con el propósito de poder regresar a las ciudades, pero con los factores de dificultad que hoy tenemos, como la carencia de suelo urbano, o los altos costos de tierra.

Así, además de hacer frente al impacto ambiental, se facilitaría la adquisición de una casa al interior de la urbe, sorteando los problemas del costo de suelo. El grupo coordinado por Carrasco Mahr, que integra principalmente a arquitectos e ingenieros, tanto académicos como alumnos de licenciatura y posgrados, contó para el desarrollo de la iniciativa con el apoyo del Conacyt, a través del Fondo de Sustentabilidad Energética.

 

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El proyecto busca acercarse al sector empresarial para poder ser vendida en tiendas de materiales para el hogar, donde podría ser posible su personalización. Y si la industrialización lo permite, es posible mejorar los aspectos como la personalización o una variedad de gamas.

Como su producción sería en serie y en masa, sería muy fácil sustituir partes dañadas. Pero, el paso más importante será el de alcanzar la aceptación social, que hasta ahora han podido comprobar mediante unas 350 encuestas que arrojan una aprobación de más del 80 por ciento. Con esto será posible cambiar la concepción de cómo se habita la ciudad y pensar en la optimización de recursos y del espacio ocioso.