En la Sabina tienen una deliciosa comida mexicana contemporánea.
. . .
Santa María la Ribera es una pequeña colonia de la CDMX, pero alberga 3 edificios de gran importancia para la cultura citadina, que además están estrechamente relacionados con la Universidad Nacional Autónoma de México: el Museo Universitario del Chopo que cuenta con más de cien años de historia, recientemente remodelado en conmemoración de su centenario y que antiguamente fuera el Museo de Historia Natural.
En segundo lugar encontramos el edificio de Mascarones, antes la Escuela Nacional de Música y que hoy es un Centro de Lenguas Extranjeras de la UNAM (CELE). Y el Museo de Geología de la UNAM ubicado en la calle de Jaime Torres Bodet.
Fue en esta colonia, cantando en el Salón París, donde comenzó su carrera artística el compositor de música ranchera José Alfredo Jiménez. Arturo Azuela escribió la tetralogía narrativa que es síntesis histórica de los casi 150 años del barrio: El tamaño del infierno, La casa de las mil vírgenes, Los ríos de la memoria y Alameda de Santa María.
Parte de una importante novela de Fernando del Paso, José Trigo, transcurre en la colonia. Carlos Fuentes, en La frontera de cristal eligió a la Colonia Santa María la Ribera en su novela; el pintor Dr. Atl, seudónimo de Gerardo Murillo, vivió los últimos años de su vida en la calle de Pino núm. 278 de esta colonia, calle que actualmente, en el tramo comprendido entre la Av. Ricardo Flores Magón y la Ribera de San Cosme, lleva el nombre de Dr. Atl en su memoria.
Quizá sea tiempo de sumar un lugar más a estas historias. La Sabina: un interesante restaurante, que ofrece una experiencia única en la zona. Este restaurante está en una casa de 1908 en la Santa María, y ofrece deliciosas pizzas en horno de leña, cocteles, y jueves de jazz en un hermoso patio lleno de árboles y mesitas.
La Sabina está un poco escondida en la calle de Sabino, en una impresionante casona porfiriana que logró sobrevivir al paso de los años y al abandono de la colonia. Aprovechando los nuevos aires de esta colonia, la casona abrió sus puertas para que todo el mundo pueda visitarla y disfrutar de una tarde llena de comida, cocteles y buena música.
El jardín es agradable y apacible para leer o solo tomar algo. Tiene varias mesas y una pequeña barra de bebidas al fondo. Puedes sentarte al aire libre y disfrutar la tarde y poder admirar la arquitectura de La Sabina. También puedes entrar a uno de los dos salones que se adaptaron dentro de la casa, elegir una mesa y te entregarán una carta de bebidas, y otra con las diferentes opciones de platillos que ofrecen en este lugar.
Para empezar puede pedir una entrada, sopas y platos fuertes inspirados en la cocina mexicana contemporánea: aguachile Verde de Rib-Eye, las Gorditas de Pulpo con Chicharrón; quizá se te antoje una crema de frijol o de flor de calabaza, pero si de plano eres amante de las pizzas, en este lugar hay una buena variedad de pizzas pensadas en satisfacer cualquier antojo.
También hay platillos más fuertes como las Costillas de La Sabina, el Rib-Eye en Mole de Higos, el Pulpo a la Talla y las Enmoladas de Pato. Además de la comida y los cocteles, puedes comer en medio de una arquitectura hermosa, en un ambiente relajado. Casi todos los días de la semana hay diferentes eventos culturales, que van desde desayunos, hasta mercados de diseño mexicano.
Visitar La Sabina es una oportunidad para dejarte ir, y comer algo rico en la antigua casona de Santa María la Ribera.
La Sabina
Dónde: Sabino #255, Santa María la Ribera, Ciudad de México, CDMX
Cuánto: Lunes a jueves de 14:00 a 22:00 hrs., viernes y sábado de 14:00 a 0:00 hrs., domingo de 13:00 a 18:00 hrs.
Consumo promedio: $200 – $300