El Museo Regional de Cuitláhuac está lleno de una parte de la historia poco conocida.
Cuitláhuac o Cuiltahuatzin fue el penúltimo tlatoani mexica, señor de Iztapalapa y hermano de Moctezuma Xocoyotzin. Según algunos estudiosos, su nombre deriva del verbo náhuatl cuitlahuiā, que significa “estar al cargo de algo”, cuya forma de participio es cuitlahuac, “el que ha sido encargado de algo”.
Este nombre habría sido una derivación por parte de La Malinche, al mencionar el nombre real del tlatoani que era Cuauhtláhuac, “Águila sobre el agua”. Ella, en son de burla o desprecio, lo llamó con el nombre de Cuitláhuac. Ya que dicho verbo deriva metafóricamente de cuitla-, “excremento, cosa difícil”, de donde se derivó el vocablo común cuitlahuiā. Como sea, los españoles tomaron este nombre como real sin conocer el verdadero significado y así quedó plasmado en la historia.
Este nombre e importante gobernador, es el nombre del Museo Regional de Tláhuac, que fue fundado en 1995 cuando Jesús Galindo, fundador del museo, encontró piezas prehispánicas dispersas en los ejidos de Tláhuac. Una vez recolectadas y validadas ante INAH, se dio apertura al Museo Regional Comunitario Cuitláhuac hasta 2002 en lo que era solamente una casa habitacional. Hoy en día, el museo comunitario es uno de los puntos más emblemáticos de la demarcación, tiene una gran historia de esfuerzo a favor de la cultura en Tláhuac.
Fue a mediados de los 90, al sur de la Cuenca del México en las inmediaciones de la delegación Tláhuac Ciudad de México, en lo que fue el antiguo y basto ámbito lacustre el Instituto Nacional de Antropología e Historia rescato datos de un adoratorio al que estaban asociados restos muy fragmentados de cinco braseros ceremoniales.
Los trabajos se efectuaron en el área ejidal el “Tequezquite” a cargo del Arqueólogo Pedro Ortega Ortiz perteneciente a la Dirección de Salvamento Arqueológico del INAH y como voluntario Jesús Galindo Ortega quien efectuó el descubrimiento de los braseros ceremoniales. El rescate arqueológico se efectuó en plena temporada de lluvias.
De cada brasero se registraron y levantaron decenas de fragmentos de alfarería, mismos que fueron trasladados a la Dirección de Salvamento Arqueológico, y luego restaurados por Francisco Revilla Ortega quien logro reintegrar hasta en un 75% la forma original y composición de cada uno de los elementos rescatados.
El encargado de la restauración de los braseros ceremoniales que se encontraban totalmente destruidos, aún conservaban el color original después de casi 500 años, y aunque fue una labor muy difícil y extensa, gracias a la familia Galindo y asociaciones amigas, se logró que en el año del 2012, después de 7 años de gestión, se entregara la primera Replica del brasero de chicomecoatl (diosa del maíz).
En 2013 el INAH entregó la segunda replica del brasero en honor a Tonacatecuhtli o “El señor de nuestro sustento”, el cual está portando una máscara de Tlaloc. Y fue hasta el 2015, cuando el INAH entrego la 3ra pieza que corresponde a la deidad Centeocihuatl nuestra “Señora del maíz tierno”.
Todas estas advocaciones nos refieren a deidades agrícolas y su exhibición pública nos ayuda a comprender mejor quiénes somos y de dónde venimos. Actualmente Jesús Galindo se ha dado a la tarea de estar al pendiente de la entrega de las 2 piezas restantes, al mismo tiempo que se encarga de tener el museo en óptimas condiciones y organizar distintos eventos culturales. Además cabe destacar que el museo ya cuenta con un proyecto de remodelación muy bien estudiado, lo que daría una mayor proyección no solo a este, sino a toda la región en general.
Este excepcional hallazgo arqueológico, fue el detonante para que la comunidad de Tláhuac se uniera en la defensa de su patrimonio cultural y fundara el 3 de agosto del 2002 el Museo Comunitario Cuitláhuac. No obstaste, en un primer momento se pensó acondicionar un Museo en el antiguo palacio de gobierno, pero la delegación no apoyo la propuesta y debido a algunas diferencias entre los pobladores y la delegación, la familia Galindo optó por donar su predio para la creación de un museo que fuera totalmente comunitario sin intervención de las autoridades delegacionales.
El Museo se encuentra a sólo 15 minutos del estación metro Tláhuac, donde podrá tomar transporte público dirección paradero. Hoy en día cuenta con visitas guiadas, noche de museos, proyecciones audiovisuales, cursos, talleres, temazcal, venta de artesanías, masajes terapéuticos y terapias naturistas.
Exhibe algunas de las 500 piezas arqueológicas registradas por el Instituto Nacional de Antropología e Historia y cedidos en custodia legal a la comunidad. El museo cuenta con tres salas: La prehispánica, expone esculturas de barro y piedra, así como objetos de jade y puntas de proyectil; La colonial, muestra de candelabros, vasijas y fotografías de objetos pertenecientes a los templos de Tláhuac; y la de Costumbres y tradiciones, en donde se recrea el modo de vida de los habitantes de la comunidad.
Además ofrece cursos y talleres, visitas guiadas, conferencias, conciertos de música y danza prehispánica. Los principales atractivos del Museo son los braseros ceremoniales dedicados a Tláloc (dios de la lluvia), Xolonen (diosa del maíz tierno), Chicomecóatl (diosa del sustento) y Tonacacíhuatl (dios del sustento); este apartado hace referencia a la religión del periodo posclásico tardío.
Hay otro espacio dedicado a la vida cotidiana, en la que exhiben piezas donadas por la comunidad que se encontraron en excavaciones o el mismo campo: puntas de flecha de obsidiana y hueso, metates, vasijas y ajolotes.
Museo Regional Comunitario Cuitláhuac
Dónde: Calzada Tláhuac Chalco No. 63, Barrio La Magdalena, Tláhuac.
Cuándo: sábados y domingos de 9:00 a.m. a 18:00 Entre semana solo con cita.
Entrada libre.
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Foto de portada Time Out