Casa-estudio Max Cetto, influencia alemana y arquitectura moderna en Pedregal

Max Cetto fue uno de los grandes artífices del barrio volcánico de Jardines del Pedregal.

 

Maximiliano Ludwig Carl Cetto, mejor conocido como Max Cetto, fue un arquitecto nacido en Coblence, Alemania quien construyó la mayor parte de su obra en México luego de ser exiliado de su país natal. En 1926, Max Cetto se incorporó al Departamento de Planeación Urbana y Obras Públicas de la ciudad de Frankfurt, bajo la dirección del arquitecto Ernst May.

En Hamburgo y Berlín, ciudades representativas de la política socialdemócrata de la República de Weimar, la prioridad arquitectónica residía en la vivienda obrera; donde Cetto construyó alrededor de 15 mil viviendas dentro de conjuntos habitacionales integralmente planeados entre 1925 y 1930. En esos mismos años construyó alrededor de veinte obras entre edificios técnicos, pedagógicos, de salud, de habitación, remodelaciones.

 

 

 

Al comienzo de la Segunda Guerra Mundial, Cetto escribió una carta a Joseph Goebbels, ministro de la propaganda de la alemana nazi, criticando la destrucción del arte y apoyando la libertad de expresión. A la edad de 35 años fue exiliado, y su paso por Estados Unidos fue breve pero tuvo oportunidad de trabajar con Frank Lloyd Wright y Richard Neutra.

Se muda a México donde trabajó con Luis Barragán y Jorge Rubio. Así pudo imponer una nueva visión de la arquitectura que incluía la tradición Europea del vínculo con la tradición y el entorno mezclándolo con las tecnologías de la modernidad y el aporte vernáculo de la arquitectura mexicana.

 

 

 

 

En 1939 Max Cetto lee el número dedicado a la arquitectura moderna mexicana de la revista Architectural Record, donde se presentaba a un grupo de arquitectos jóvenes interesados en desarrollar una arquitectura que mejorase las condiciones de la vivienda, la educación y la salud populares, pero que también construía nuevos edificios para el sector privado. A su llegada a México, Max Cetto proyectó edificios de renta en la colonia Cuauhtémoc para Luis Barragán.

Pero el único proyecto en el cual fue otorgada una autoría a ambos es un edificio de renta para artistas en el número 38 de la glorieta Melchor Ocampo, alrededor de 1939. Se trata de cuatro apartamentos que, aunque de muy pocos metros cuadrados, están excelentemente distribuidos. El estudio de doble altura une el nivel de la cocina con el nivel alto de la recámara y, por medio del gran ventanal, reticulado finamente de manera vertical, se permite la entrada de luz y de la ciudad al interior de las habitaciones.

 

 

 

Max Cetto construyó la primera residencia en el fraccionamiento Jardines del Pedregal de San Ángel, integrando a la naturaleza y asimilando las enseñanzas del México antiguo, participando en la construcción de nuevos polos de vivienda en las afueras de la ciudad. Con esto, estableció una nueva corriente y estilo de vida para muchas familias mexicanas de aquella época.

Desde 1940 Max Cetto y Luis Barragán trabajarán en algunos proyectos hasta principios de los años cincuenta. A Barragán debió impresionarle el portafolio con las fotografías de las obras de Cetto, sus charlas sobre la arquitectura en Europa, de la azotea “surrealista” Béistegui (1931), la Villa Mandrot, quizá hasta de contenido lírico en casas como la Villa Savoya (terminada en 1929), obras que ambos debieron conocer.  

 

 

 

Es seguro que Max Cetto pudo contarle de Neutra, el discípulo de Adolf Loos en Viena, el Neutra que introdujera el estilo internacional a California e integrara una revisión de la obra de arquitectos californianos anteriores como Irving Gill; y seguramente hablaron de cómo se podían reunir y confrontar modernidad y tradición.

De las obras creadas por Cetto que siguen en pie, son la casa-estudio para Rufino Tamayo (1949) en la calle Leibnitz; la casa Quintana (1947) en Tequesquitengo, Morelos, que tuvo una maravillosa escalera que bajaba al lago y que ahora lleva al pasto, en virtud de que el lago retrocedió y fue construida una enorme alberca, a fin de rentar la propiedad como Airbnb con el nombre de Playa Las Palmeras.

 

 

 

 

El balneario de San José Purúa (1939-40), en Jungapeo, Michoacán, también es es una obra de Cetto, que se encuentra bastante modificado, pero sigue siendo increíble. La casa de Max Ceto sobrevive en los Jardines del Pedregal, Ciudad de México. Este es una de las que se ha conservado con fidelidad al diseño del arquitecto. Es obra de Catarina Cetto, quien no solo lo diseñó, sino que lo hizo con sus propias manos, y es como un jardín botánico de los cinco continentes.

Todo lo relacionado con la obra de Cetto en México está en el Archivo Max Cetto de la UAM-Azcapotzalco. Para consultarlo hay que hacer una carta de intenciones a fin de que se extienda un oficio y se pueda hacer una cita con la persona que lo tiene bajo su custodia. La Casa-Estudio Max Cetto es la primera que surge en la colonia Jardines del Pedregal, en el sur de la Ciudad de México. En ella se integran los valores estéticos del movimiento moderno y el pensamiento clave de grandes artistas como Frank Lloyd Wright, Richard Neutra, Diego Rivera, Juan O’ Gorman y, fundamentalmente, del mismo Max Cetto, su arquitecto y creador. Su integración emblemática con el entorno hace de ella un ícono de la arquitectura moderna en nuestro país.

 

 

 

La Casa-Estudio Max Cetto

Dónde: Agua 130, Jardines del Pedregal.

Cuándo: solo previa cita.

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