Hidalgo tiene muchos atractivos turísticos, aparte de su increíble arquitectura, aguas termales y actividades extremas, también puedes conocer la zona arqueológica de Pañhú. Este lugar queda al noreste de Tecozautla, su nombre significa “camino caliente” y esto es porque se encuentra en un paisaje semidesértico, ubicado sobre un cerro que permite que tengas una maravillosa vista del lugar.
El descubrimiento de Pañhú fue en 1988 y como resultado de las investigaciones del INAH, se sabe que fue ocupado por la cultura Xajay, sólo que no cualquier persona podía habitar esa zona, pues este sitio prehispánico era exclusivo para la gente más importante: sacerdotes y gobernantes, el resto de la población habitaba a las orillas del cerro (en lugares más bajos).
Pañhú es la pieza que puede ayudar a conocer el origen de los grupos otomíes, además de que su descubrimiento fue la clave para ubicar el mítico Cerro de Coatepec, sitio sagrado para los aztecas a causa del nacimiento de Huitzilopochtli. Además, tuvo un vínculo comercial muy importante con Teotihuacán.
Se trata de un sitio que se desarrolló entre el año 300 y 1100; está integrada por tres plazas, en la primera hay una pequeña estructura cuadrangular a 80 metros al poniente, existe un pequeño conjunto de estructuras y una zona con abundantes petroglifos. En la plaza central se ubica la estructura principal que mide 17 metros de largo y que con su templo es posible que sobrepasara los 10 metros de alto, el Tecpan que debió alojar a los gobernantes y una serie de estructuras rectangulares.
Desde el Pahñú se domina el paisaje semidesértico del Valle del Mezquital y la elevación del Hualtepec o Cerro del Astillero, que de acuerdo con diversas investigaciones, es el mítico Cerro Coatepec (“Montaña de la serpiente”) en la mitología mexica era el lugar donde nació Huitzilopochtli.
Por los rasgos estilísticos de la cerámica y la arquitectura, este lugar estaba emparentada culturalmente con poblaciones de la región del Bajío, principalmente con la región de Acámbaro. Temporalmente es contemporánea de la ciudad de Teotihuacán, pero sigue un desarrollo paralelo e independiente que le permite sobrevivir al colapso de la urbe y mantener las redes comerciales en la región, por lo que llegó a convertirse en una unidad regional importante en el epiclásico.
Pañhú en lengua otomí es camino caliente, para llegar hasta este sitio hay que pasar por terrenos semidesérticos, bajo los penetrantes rayos del sol y no hay duda del por qué de este nombre. Las construcciones de esta zona otomí pertenecen a nuestra era, al periodo epiclásico, la zona descubierta es la gran plaza o acrópolis donde se ubican la pirámide del sol y la dedicada a Tlaloc.
En ésta área de alrededor de tres hectáreas, vivió la gente más importante, la gente del pueblo vivió debajo de las mesetas donde cultivaban, aquí vivió solamente sacerdotes y gobernantes. Pañhú es importante por su contacto con Teotihuacán que en aquella época era la ciudad más poderosa del centro del país y este sitio sirvió como corredor comercial al servicio de teotihuacanos, a esto se debe su ubicación en un cerro como si fuera fortaleza y algunas canaletas por donde detenían los ataques de chichimecas del norte. Nos hace referencia a la importancia que significó para ellos este tipo de villas, un control económico, político y social.
Cómo llegar
Viniendo de la Ciudad de México, el trayecto es de 180 km. Solo es necesario tomar la salida a la autopista México-Querétaro por la caseta de Tepotzotlán, sobre dicha autopista encontrará el km 107, tomando la desviación hacia Huichapan; pasándo por las localidades de Maravillas y Nopala. Antes de llegar a San José Atlán, tomar libramiento a Huichapan—y a espaldas de la Glorieta de Miguel Hidalgo, tomar la carretera a Tecozautla de donde le será completamente visible el trayecto hasta el destino.
Horario: Martes a Domingo de 09:00 a 17:00 horas
Contacto: Centro INAH Hidalgo 01 (771) 7 14 34 31 y 7 14 35 20 dir.hgo@inah.gob.mx