Conoce la Fortaleza del Tiempo del arquitecto Israel López Balan

La propuesta arquitectónica para el memorial de Álvaro Obregón 286 en la CDMX.

 

Israel López Balan es arquitecto y profesor de geometría. Su práctica profesional independiente o en colaboración tiene como ejes principales la docencia y la participación en concursos de arquitectura nacionales e internacionales en los que ha recibido diversos reconocimientos.

Sus intereses proyectuales y de investigación se guían bajo tres líneas generales: la muerte y su traducción en vacío arquitectónico; la escala XL como consecuencia del desbordamiento de las ciudades; y la síntesis del objeto arquitectónico en las sociedades complejas actuales. Es un arquitecto fascinado por la muerte y su complejidad retórica.

 

 

 

Como recordamos, el 19 de septiembre de 2017 un terremoto de magnitud 7.1 golpeó a México, siendo el más devastador de una generación. Un bloque de oficinas de siete pisos en Álvaro Obregón 286, fue el sitio más mortal donde solo la escalera del edificio permaneció en pie como testigo de la altura de la estructura original.

Unos meses después de la tragedia, el gobierno mexicano organizó una competencia pública y el diseñador mexicano Israel López propuso una respuesta urbana a la tragedia. La competencia pública para construir un monumento conmemorativo en Álvaro Obregón provocó controversia entre los grupos activistas.  Algunos argumentaron que el gobierno de la ciudad se estaba enfocando en “crear un espacio físico” en lugar de llevar a cabo una investigación sobre qué causó el colapso del edificio. El memorial propuesto por el diseñador resulta particularmente indignante, dada la historia reciente de la ciudad de construcción cuestionable.

 

 

 

A casi dos años del terremoto el sitio todavía está vacío. El enfoque de López Balan para el proyecto no fue construir en el sitio, sino preservar la naturaleza donde las construcciones urbanas han fallado. Se propone no construir, o al menos no con el sentido típico de un memorial para catarsis colectiva o un nuevo edificio para la especulación inmobiliaria en la ciudad central.

El diseñador desea reconstruir la escalera trasera restante, como un símbolo de gratitud porque fue la ruta de salida la que salvó la vida de muchas personas dentro del edificio. Balan sugiere agregar una campana en la parte superior de la estructura que, con su sonido profundo, evoca emociones y recuerdos para inspirar a la comunidad.

 

 

 

El segundo elemento del proyecto del arquitecto consiste en un extenso muro circular en el que se abre su única puerta una vez al año, cada 19 de septiembre, lo que da como resultado lo que López dice “una fortaleza del tiempo”. La propuesta es un muro circular radical para evitar futuras tragedias.

Como sabemos, l ciudad de México está construida sobre un lecho seco con suelo blando hecho de arena y arcilla, que amplifica la destrucción que causan los grandes terremotos. A medida que la ciudad continúa tirando el agua de los acuíferos, su suelo se hunde dramáticamente, de ahí, que el diseñador intente devolver a la naturaleza lo que siempre le ha pertenecido: suelo, lluvia, sol, viento y árboles, que a su juicio es una mejor manera de reinventar el desarrollo urbano.

 

 

 

 

López Balan explica que “solo por no construir en ese lugar el acuífero ganará 580,000 litros cada año, y lo más importante: previene desastres futuros en ese lugar. Una nueva conciencia urbana, donde se conservan las huellas del edificio derrumbado así como la reconstrucción de la escalera trasera.

Contra el sonido traumático de un sistema de alarma de terremoto, una campana en la parte superior suena el día 19 de cada mes, que agita emociones y recuerdos profundos donde el tiempo se libera cuando la única puerta se abre una vez al año (19 de septiembre) para contemplar cómo se preserva la naturaleza.

 

Con info de DesignBoom