Átlatl da cursos sobre el uso de armas prehispánicas.
Las fuerzas militares mexicas estaban compuestas de un gran número de plebeyos (yaoquizqueh) que poseían conocimientos y capacitación militares básicos, y un pequeño pero todavía considerable número de guerreros profesionales, pertenecientes a la nobleza (pipiltzin), los cuales se organizaron en diferentes sociedades guerreras, a las cuales eran integrados según sus logros en el campo de batalla.
El militarismo mexica, las costumbres, tácticas y tecnologías con que los mexicas atacaron y defendieron sus ciudades, así como el entrenamiento de efectivos militares y la producción de armamento, estaba centrado alrededor de la expansión militar y del predominio político sobre otros pueblos, además de la exigencia de tributo de otras ciudades-estado, por lo cual la guerra era la fuerza básica en la política mexica.
La sociedad mexica recibía formación militar básica desde temprana edad, ya que la guerra no solo era importante para el bien del imperio, sino que también era para muchos la única posibilidad de ascender en la pirámide social mexica, la única forma de dejar de ser plebeyos (macehualtzin).
La guerra fue la principal fuerza impulsora de la economía del imperio y de la religión mexica y el atlatl, una de las armas aztecas más mortíferas. La especialidad de esta arma era penetrar en los cuerpos humanos enemigos a gran distancia y tan rápido que el oponente quedara inhabilitado. El atlatl es una lanza mortífera por su peso, velocidad y la tecnología usada para dispararla; y las armaduras de algodón trenzado (ichacahupilli) no protegían ante lo proyectiles.
Al Atlatl azteca le rinden honor a los integrantes de Atlatl México, un grupo multidisciplinario dedicado a la divulgación de la historia y arqueología militar azteca. David Peña Cisneros es un antropólogo social y miembro fundador del proyecto, cuya finalidad es la de difundir la historia que interese a los jóvenes con un sustento académico.
Este grupo se fundó hace 12 años en la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH) de la mano del investigador Antonio Casanova, que comenzó con un enfoque académico de estudio para reproducir armas prehispánicas; tecnologías que, en algunos casos, habían permanecido perdidas desde la Conquista. Su primera creación fue la pieza insignia del grupo: el atlatl, una palanca que sirve para lanzar dardos de entre 1.20 y 2 metros de largo, utilizada para la caza de megafauna hace 20 mil años.
Con el tiempo se fueron sumando nuevos miembros al grupo, como el propio Nicolás Salazar, quien integró lo performativo: la caracterización, la recreación y lo que es conocido como artes marciales históricas, bastante similar a lo que ocurre en Europa con grupos medievalistas, lo cual sacó a Atlatl México de la academia y lo puso frente públicos masivos con experiencias de aprendizaje más significativas.
Cuentan que, ante el olvido en el que permaneció durante varios años el estudio y difusión de lo referente a la guerra prehispánica -a causa de los prejuicios de investigadores que no lo consideraban un indicador de “progreso cultural”-, la gente comenzó a llenar esa laguna informativa con grupos que carecen de una investigación científica, como los de danza.
Atlatl han reproducido ejemplares de macuahuitl, la “mal llamada espada azteca”, y de arco mesoamericano, o tlahuitolli, cuyo uso pervive en comunidades indígenas aisladas del País, como entre los huicholes, los rarámuris, los tepehuanes y los lacandones. Aunado a lo histórico y cultural, el grupo enseña y promueve el uso de estas piezas como una cuestión deportiva y de desarrollo personal.
Como empresa cultural dan talleres, venta de piezas, museografía e incluso asesoría en producciones audiovisuales, como la serie Exploración Azteca, de History Channel, o Lost Kingdoms of Central America, de la BBC.
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Información de Reforma
Fotos Atlatl México.