Danza contemporánea inspirada en Shakespeare es llevada a las vecindades de la CDMX.
La versión libre de Sueño de una noche de verano de William Shakespeare será llevada a las vecindades de la CDMX. Esta comedia, escrita alrededor de 1595, narra los eventos que suceden alrededor del matrimonio de Teseo, duque de Atenas, con Hipólita, reina de las amazonas. Incluye las aventuras de cuatro amantes atenienses y un grupo de seis actores aficionados que son controlados por las hadas que habitan en el bosque, donde la mayor parte de la obra tiene lugar.
La pieza es una de las obras más populares de Shakespeare. Pero fue Felix Mendelssohn quien escribió una obertura y otras piezas musicales inspirado en esta obra que se utilizaron como acompañamiento musical de la obra a lo largo del siglo xix. En 1960, Benjamin Britten compuso una ópera sobre el mismo tema con libreto propio y del tenor Peter Pears. La obra teatral ha sido adaptada en numerosas ocasiones al cine.
Pero esta ocasión serán las vecindades de la capital mexicana las que se transformarán en escenarios para recibir una propuesta dancística contemporánea basada en un clásico de la literatura universal. El propósito es e de acercar este arte a familias y vecinos que regularmente no tienen acceso a ello.
Se trata de un proyecto titulado Vecindades, creado por el bailarín y coreógrafo mexicano Vicente Silva Sanjinés, con el apoyo de la Secretaría de Cultura, a través del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL).
El creador escénico explica que la idea central es realizar una gira por diversas zonas de la Ciudad de México en varias etapas. La primera beneficiará a 24 vecindades del Centro Histórico, Santa María la Ribera, Polanco, Obrera, Roma, Tacuba, Nonoalco, Aragón y San Joaquín, donde se ofrecerá por lo menos una función al mes.
Silva, quien ha sido miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte, señala que muchas son las razones que justifican su proyecto, aunque destacó que una de ellas es que hoy más que nunca la gente necesita una motivación directa y el arte es idóneo: “Más allá de paradigmas, confrontaciones o recetas mágicas, necesitamos volver a creer en nosotros, pero con conocimiento de causa; es decir, qué mejor motivación que ver la magia de un sueño en nuestra propia casa. De repente los espacios seguros y cotidianos del hogar se vuelven escenarios portadores de belleza. Necesitamos un impacto cultural que genere nuevos diálogos entre las familias y vecinos y que digan: Esto pasó en mi casa”.
Sobre el impacto social y expectativas en torno a Vecindades, su creador expone: “Es un proyecto que beneficiará a gente de bajos recursos económicos para que conozca y vea danza contemporánea en su propio hábitat; que niños, adolescentes y jóvenes se den cuenta que las artes escénicas son una opción digna de vida y los habitantes de las vecindades seleccionadas se interesen en llevar a su espacio programas culturales. Calculamos beneficiar a cuatro mil personas de forma directa”.
La pieza seleccionada por Silva para llevar a las vecindades es una adaptación libre de la comedia Sueño de una noche de verano de William Shakespeare. Dijo que es una forma lúdica para que la gente se acerque a este arte, porque se trata de una comedia histórica de enredos amorosos que se desborda en circunstancias hilarantes en el bosque.
La difusión de la danza desde un criterio de equidad e inclusión que supone un reto grande, pues también implica romper con la genealogía de este arte cuyo origen está vinculado a elites y cortes. Hoy los tiempos son otros y la danza ha ampliado sus temas y estilos a un sinnúmero de posibilidades que permiten su diálogo con múltiples sectores.
En México, la danza no sólo se encuentra circunscrita a un público reducido, sino que se ha centralizado en la capital del país, salvo honrosas excepciones que por sus empeños han logrado consolidarse en la vida cultural de sus respectivos estados pero que no dejan de ser excepcionales. Más complejo aún, dentro de esta centralidad capitalina de la danza, los escenarios también se circunscriben a un número reducido de foros y teatros cuyo acceso no siempre es posible para los ciudadanos en general. Al plantearse como propósito, llevar la danza a la población que generalmente no puede acercarse a ella, también se está democratizando el arte.
Las iniciativas que se plantean la intervención artística en espacios no convencionales, es muy importante para que se mantengan vínculos con las poblaciones, generar espacios de difusión, detectar posibilidades de establecer talleres de creación y ejecución que deriven en ejecutantes y creadores originarios de los lugares que se visitan.
Se espera que gradualmente las vecindades se construyan semilleros de artistas y público potencial que alimenten la vida artística del país, y se constituyan en sí mismos en la orientación de las políticas culturales que se requieren, emanadas desde los que ven y hacen danza.
Vecindades, danza contemporánea
Dónde: funciones aquí
Cuándo: todos los martes a las 20:00 hrs
Funciones gratuitas