Tamal: exquisita herencia gastronómica milenaria en nuestro país

En ningún país existe tanta diversidad de tamales como en México.

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Todos conocemos los tamales. Alguna vez hemos comprado el famoso guajolo-combos, que consisten en pan, tamal y una deliciosa bebida de atole. Pero su historia es más grande e interesante que esta actividad cotidiana. Sus variedades, sabores y aspecto, varía de región en región lo mismo que su sabor. Los tamales son una gran herencia gastronómica.

Se dice que los tamales se originaron en Mesoamérica entre el 8000 y 5000 a. C. ​ Existe evidencia de que las culturas predominantes en toda la región de Mesoamérica que llevaron el maíz a otras culturas y regiones también llevaron consigo platos y formas de cocinar el maíz.

El tamal es un método sencillo de cocción del maíz, es posible que haya sido llevado desde México a América Central y del Sur. Sin embargo, según los arqueólogos Karl Taube, William Saturno y David Stuart los tamales podrían datar del año 100 a. C. Ellos encontraron referencias pictóricas en el Mural de San Bartolo, en Petén, Guatemala.

Tamal es una palabra derivada del náhuatl tamalli, de origen mesoamericano preparado generalmente a base de masa de maíz rellena de carnes, vegetales, chiles, frutas, salsas y otros ingredientes.​ Esto se envuelve en hojas vegetales como de mazorca de maíz o de plátano, bijao, maguey, aguacate, canak, entre otras, e incluso papel de aluminio o plástico, y cocida en agua o al vapor y pueden ser de dulces o salados.

En la antigüedad el tamal fue comido por gente común, lo mismo que por nobles y sacerdotes. El tamal fue parte de la vida cotidiana de algunas culturas en la época prehispánica, además de usarse en rituales religiosos, en ofrendas y tumbas. Los mexicas comían tamales con estos ingredientes: pavo, flamenco, rana, ajolote, tuza, conejo, pescado, huevos de pavo, miel, frutas, calabaza y frijoles, así como sin relleno.

​ Los tamales mexicas difieren de los tamales modernos por no contener grasa añadida. Uno de los rituales más significativos para los aztecas era la fiesta del Atamalcualiztli (Ingesta de los tamales de agua). En esta festividad se realizaba una especie de ayuno, en donde se comían tamales simples de masa, cocinados al vapor, sin chile ni sal u otras especias o aderezos.

En esta misma festividad se realizaba el ritual del Huauhquiltamalcualiztli, donde se preparaban tamales especiales de amaranto llamados huauhquiltamalli o chalchiuhtamallli. Algunos de estos tamales se ofrecían al dios del fuego y a los difuntos, y otros se consumían calientes, con caldo de camarones o acociles. Los jóvenes ofrecían al dios del fuego animales que ellos mismos cazaban, y los sacerdotes les entregaban a cambio tamales calientes cocidos, simbólicamente transformados por el fuego.

Los tamales también se usaban en rituales de matrimonio, en donde después del amarrado de túnicas, la futura suegra le daba a la novia cuatro bocados de tamales, y luego la novia le daba de comer a su novio.​ También después del nacimiento de un niño, se hacían ofrendas de tamales. Los tamales secos al sol eran parte de los alimentos para los guerreros en campaña contra otros reinos o ciudades.

Hoy en día los tamales son parte importante de la dieta de los mexicanos, y populares en las fiestas y celebraciones. Su consumo es tradicional en las fiestas de los bautizos, bodas, en las posadas y otras fiestas navideñas. En algunos casos y regiones se les considera como uno de los platillos típicos para la cena de navidad.

Todavía se usan como ofrendas en las fiestas del día de muertos y en las del día de la Candelaria, celebrada el 2 de febrero. Todos los años se festeja la Feria latinoamericana del Tamal, en los primeros días de noviembre, coincidiendo con la celebración del Día de muertos

Cada región y estado tiene ciertos tipos de tamales, tantos que su variedad se calcula entre 500 y 5,000 en todo el país. Es un platillo muy popular y algunos expertos estiman el consumo de tamales en cientos de millones anuales. Los típicos tamales de maíz llevan salsa verde o roja, acompañados de carne de puerco o pollo. También hay tamales Flor de Lis, Emporio y Tamalli, de estilo del centro del país, o los tamales Chata del estado de Sinaloa.

Cada comunidad y cada familia tiene una forma distinta de preparar los tamales. Los tamales se pueden clasificar según su envoltura en hoja de plátano o de maíz, tamaño pequeños como las corundas o muy grandes como el zacahuil, por sus ingredientes dulces o salados, o bien por su relleno de masa aderezada con sal, azúcar, chile, especias o salsa