Dos magníficas exposiciones en la reconocida galería de arte Proyectos Monclova

Anna Virnich y Darío Escobar son dos artistas de gran ingenio y su arte se encuentra en la CDMX.

 

Desde 2005 la galería de arte Proyectos Monclova se ha convertido en uno de los foros más importantes de arte contemporáneo. Buscando facilitar diálogos entre artistas nacionales y extranjeros de distintas generaciones, y representar artistas y llevar un comprometido programa de exhibiciones, y publicación de libros y catálogos.

Esta galería es un espacio cuenta con dos áreas de exhibición y una sala de proyecciones. Este 2019 trae dos exposiciones simultaneas en la planta alta se encuentra una muestra de Anna Virnich (Berlín, 1984) Lightning Visible, No Thunder Heard y en la planta baja de Darío Escobar (Guatemala, 1971) Lo que no es bueno para uno, no es necesariamente malo para otro

 

 

Dario Escobar refleja un problema de su país, desde el golfo de Veracruz hacia el sur donde Guatemala recupera los vehículos que los Estados Unidos ya no quiere, y lo recicla todo. Ésta práctica inspira a Dario Escobar en su colección de defensas chocadas, en la que se dedica a hacer de lo viejo algo reluciente y llamativo, a esconder la miseria debajo de una capa de cromo que resplandece como nuevo. Las superficies iluminadas se retuercen en todas direcciones bajo la mirada ensombrecida de círculos blancos con ojeras de aceite automotriz.

En 2005 Escobar visita algunos estacionamientos de la capital guatemalteca con grandes hojas de papel inmaculado que coloca debajo de los motores de los vehículos estacionados. Poco después, recoge esos registros de fugas de máquinas usadas, y son esas formas accidentales las que enmarca y expone: el color de este aceite, inestable y sensible a la acción del aire, evolucionará con el tiempo.

 

 

 

Escobar no se entrega al accidente ni al azar, sino que decide controlar las superficies aceitadas y trata de conservar, libre de toda intrusión, el blanco de las porciones de los discos que contiene cada marco. Aunque, tarde o temprano, el aceite se propagará por el papel y contaminará poco a poco estas superficies provisionalmente salvaguardadas, Dario controla sus composiciones hasta que la entropía inherente entra en acción para reírse una vez más de la perennidad de nuestros anhelos de orden y perfección.

El orden y el desorden se hallan en el corazón de la obra del artista, como lo están en el centro de la política y la economía. Aquí el cromo les da una apariencia de coherencia a los objetos deformados, mientras que las composiciones con aceite, en apariencia estrictas y precisas, con el tiempo perderán su rigor.

 

 

 

Por otra parte, Anna Virnich trabaja con lo claramente pictórico por naturaleza. La mayoría de las piezas en la exhibición Lightning Visible, No Thunder Heard se refieren al conjunto de técnicas, estilos y apariencias a las que se suele llamar “pintura”. Pero, en lugar de aplicar la pintura al lienzo, Virnich costura e hilvana a mano diferentes telas como poliéster, terciopelo, algodón, seda e inclusive cuero y malla de metal.

Algunos de estos materiales son semi-transparentes o traslúcidos, ofreciendo así una visión apenas disimulada de los minimalistas bastidores de madera que se encuentran detrás, mientras que otras piezas son brillantes o incluso arrugadas provocando así destellos de luz sobre su superficie. Virnich “sutura” los elementos individuales en un conjunto disperso compuesto para significar una pintura sin serlo de facto.

 

 

 

Nada aquí es “auténtico”, sino que se zurce para formar un cuerpo fantasma que recuerda a otra cosa. Esas líneas se leen como descripciones de perfumes; crean todo un nuevo conjunto de referencias llenas de sentimientos y memorias, densas atmósferas que evocan “imágenes” por derecho propio: “Some Smoked

Cigarrets”, “Neroli”, “Creamy White Flower (Your Skin)”, “Summer / Twilight / Berlin Balcony” o, ésta otra “White Moss, Hanoki Wood, Dog Rose, Tarr, Face Cream”.

 

 

 

En Lightning Visible… Virnich agrega una jardinera de madera lacada que brilla con tonos aperlados como las telas de sus pinturas. Plantada en esa cama, una plétora de florecillas blancas y lilas expide un fuerte olor. Y, similar a los evocativos títulos de las piezas, esta esencia añade una especie de cualidad pictórica a la sala;  un cuerpo adicional a la exposición.

Añade miembros fantasmas al cuerpo pictórico fugitivo; abstrae otra vez aquello que ya era abstracto, tanto más intenso cuanto más fugaz se vuelve; atmósfera pura, lo concreto del tal y tal de algo, su olor, no cualquier olor; una presencia corpórea que no necesita materializarse como objeto. Esencia, es decir, es pintura que desaparece en el aire puro.

 

 

Lightning Visible, No Thunder Heard de Anna Virnich

Lo que no es bueno para uno, no es necesariamente malo para otro de Darío Escobar

Dónde: Proyectos Monclova

Cuándo: hasta el 10 de agosto de 2019, martes a viernes de 11:00-18:00 y sábados de 11:00-16:00

Entrada libre

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