Dos asombrosas exposiciones se llevan a cabo en el Museo Experimental El Eco

Cosmos y Sangre pesada son las exposiciones de la UNAM para este verano.

 

 

El Museo Experimental El Eco ha representado, desde su inauguración, a uno de los espacios paradigmáticos de la arquitectura del siglo XX en México siendo una auténtica realización material del Manifiesto de la Arquitectura Emocional de Mathías Goeritz.

Este museo fue concebido durante los primeros años de la década de 1950, como un recinto donde habrían de converger distintas expresiones del arte, como pintura, escultura, arquitectura y danza, en la creación de un espacio para la estimulación de la creatividad y el fomento del diálogo artístico.

 

 

En el Museo Experimental el Eco presentará dos muestras en conformidad con los postulados funcionalistas que seguía la arquitectura de ese entonces, para ahora darle prioridad a la emoción psíquica y a la expresión estética. Se trata de Cosmos, de Eduardo Terrazas y Sangre pesada, de Naomi Rincón Gallardo.

Cosmos de Eduardo Terrazas desarrolló una intervención a la arquitectura de Mathias Goeritz a partir del emplazamiento de un espejo de agua en el patio del museo. En el Cosmos de Eduardo Terrazas coexisten varios tiempos simultáneamente: el occidentalizado y el no occidentalizado; el veloz y el lento; el de la relación con el entorno y el de la relación con uno mismo.

 

 

 

Cosmos es una de varias series en las que este artista lleva trabajando décadas y que manifiestan un claro interés por operar desde una lógica que apuesta por la indagación permanente, sin cierre, y por la insistencia en temas fundamentales dentro de su universo.

 Las primeras obras que realizó bajo este nombre, o mejor dicho bajo esta noción, datan de principios de los años setenta, momento sumamente fértil en su pensamiento y en el desarrollo de una práctica flexible que se mueve con soltura entre los campos de la arquitectura, el diseño, el urbanismo y el arte. En el campo del arte, el lenguaje que Terrazas eligió como forma de pensamiento y expresión es el de la abstracción geométrica.

 

 

 

Por su parte, Sangre pesada de Naomi Rincón Gallardo, es el pensamiento occidental que ha sido insensible con su contexto y su tiempo. Siempre estuvo en contradicción porque situó como base de su universo un modelo de subjetividad individual caucásica, heteronormada, masculina y eurocéntrica, descartando las posibilidades de acompañar su fundamento desde lo natural, lo diverso y lo comunitario.

La naturaleza para los occidentales fue un territorio a conquistar, una mercancía en lugar de un hábitat; un instrumento en lugar de una condición intrínseca del ser. La colonización del mundo se justificó a partir de la idea de construir una visión que desplazara la noción de estado natural por el estado de propiedad, como modelo de dominación total a partir de la fuerza y resultado de la imposición ideológica que ordenó destruir todo lo que no fuese consecuente con dicho pensamiento: yo descubro, yo conquisto, yo distribuyo, yo organizo, yo exploto, “yo pienso, luego existo”.

 

 

 

Esa visión del mundo ha erosionado el paisaje, sacrificado vidas y enajenado pueblos en poco más de quinientos años, y el conflicto sigue cuando la sociedad “eurotizada” justifica sus agravios anclada en una noción pragmática del progreso y la prosperidad en aras de un orden que regule las diferencias “salvajes” de la tierra.

 La colonización es tangible en sus efectos: la migración de los pueblos resultado de las necesidades creadas por los modelos económicos, la hegemonía del mercado global y el agotamiento de los recursos naturales por la incesante explotación de la tierra y sus derivados, en cantidades y tiempos enajenados, hacen del paisaje un lugar en constante desvelo por el impacto que deja el abuso de la industrialización. México es un país que representa en la actualidad buena parte de los síntomas de la crisis del pensamiento occidental y modernizador.

 

 

 

Naomi Rincón Gallardo es una artista que ha creado una narrativa audiovisual de esta crisis, consecuente con un pensamiento decolonial, mediante performances y encuentros musicales que se resuelven como videoinstalaciones, en los que enuncia, con la creación de ambientes, una lectura alterna, no lineal, de las fracturas y contradicciones del orden del mundo.

 

 

 

Cosmos de Eduardo Terrazas y Sangre pesada de Naomi Rincón Gallardo

Dónde: Calle James Sullivan 43, San Rafael, 06470 Ciudad de México, CDMX

Cuándo: hasta el 25 de agosto de martes a domingo de 11:00 a 18:00 h.

Entrada libre

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