La Plaza de los Arcángeles, el lugar en San Ángel donde el tiempo parece estático

La Plaza de los Arcángeles es un pequeño oasis de silencio al sur de la ciudad.

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San Ángel tiene unas fachadas preciosas que se hacen destacar por sus bugambilias. Desde el aire es posible ver que es un polígono irregular que llega hasta avenida Barranca del Muerto, lo que era el río Magdalena, avenida Universidad, y periférico sur.

El primer nombre de esta región fue el de Tenanitla, significa “junto a la muralla de piedra”. A la llegada de los españoles, era un pueblo tributario que dependía del vecino Coyohuacan “lugar de muchos coyotes”, en náhuatl. Sus pobladores eran buenos constructores y tenían mucha roca volcánica, tanto que fueron llamados para construir el dique y la calzada que iba de Tenochtitlan a Tlacopan, y la de Coyohuacan a Iztapalapa.

Tenanitla se convirtió en parte del Marquesado del Valle, y Coyoacán en capital de la Nueva España. Hernán Cortés, Marqués del Valle de Oaxaca, inició desde allí la reconstrucción de México-Tenochtitlan, y encargó la tarea de evangelización a los dominicos, quienes recibieron terrenos aledaños, donde fundaron la Iglesia de San Juan Bautista, que comunicaron con Chimalistac por medio de una calzada que hoy conocemos como Francisco Sosa, para luego convertirse en Arenal y Avenida de la Paz.

Dentro de toda ésta geografía, en un pequeño rincón, se encuentra La Plaza de los Arcángeles. Aunque es poco conocida, es un lugar maravillo para caminar en el Barrio de San Ángel. Para llegar hay que encontrar la calle del Árbol la cual conecta con la 2 ª Cerrada Frontera que desemboca a este rincón tranquilo y romántico.

La plaza se distingue por su pequeño tamaño y sus tres bancos de piedra que llevan los nombres de los santos San Miguel, San Gabriel y San Rafael. Su fuente central está rodeada por una rica vegetación de plantas y arbustos delimitada por muretes.

Además de una fuente, tres bancas de cantera y una piedra con una hermosa inscripción, mismas que nos transportan a una ciudad paralela, donde casi no pasan autos y hay una paz y tranquilidad infinitas entre el empedrado y las bugambilias que trepan por las paredes.

En esta zona se hallan también el Museo de El Carmen, que muestra una de las pinacotecas coloniales más importantes de México, teniendo como exhibición permanente “El Silencio de los Carmelitas”, el Museo Soumaya y el Museo de Arte Carrillo Gil.

Desde 1934 obtuvo la Declaratoria de Pueblo Típico Pintoresco. En 1987 un decreto presidencial lo declaró zona de monumentos históricos. Y en 2010 se declaró al conjunto urbano-arquitectónico (barrios, callejuelas, callejones, plazas, jardines, conjuntos religiosos, casas, entre otros) Patrimonio Cultural Tangible de la Ciudad de México.

La Plaza de los Arcángeles es el silencio que contrasta con el conjunto de expresiones culturales que se manifiestan en San Ángel como son las festividades, manifestaciones artísticas, ferias populares, procesiones, exposiciones de arte.

Desde la calle de la Amargura, se comienzan a ven las grandes residencias que fueron dedicadas en este lugar, como la enorme Casa del Mayorazgo de Fagoaga del siglo XVIII, que le dieron su toque característico a modo de lugar de veraneo para “cambiar de temperamento o de aires”.

En la cerrada de la Amargura comenzarás a sentir el ambiente reposado de esta vía que va a dar a una pequeña plaza ornamentada al centro con una cruz de piedra. Después de darle una vuelta a la plaza, sal de ella por la continuación de Amargura, y entre al hermoso atrio arbolado, con su jardín muy bien cuidado, del templo de San Jacinto, escenario de muchas bodas y ceremonias religiosas.

Ahí te darán ganas de sentarte en una de sus tres grandes bancas de piedra abrazadas por bugambilias. Alrededor de la fuente central notarás como una nutrida vegetación a base de plantas, yucas, árboles de diversas especies, arbustos, contenidos o delimitados todos por muretes de piedra de poca altura, llena materialmente este espacio increíble.

El ambiente silencioso y tranquilo de este rincón te invitará a una charla, leer algún libro, meditar, soñar o transportarse a esas épocas cuando éste era el lugar para vacacionar preferido de las personas adineradas de la antigua metrópoli. De esta tranquila plaza surge otra pequeña cerrada que conduce a la entrada de una elegante casona, a través de un pintoresco par de arcos de piedra coronados por enredaderas y una gura pétrea singular en su centro.

Este pequeño jardín existe desde 1969, pero parece que tiene mucho más tiempo ya que todo está estático. Es un lugar que te dejará encantado.

Ubicación: 2a Frontera 37, San Ángel,

Fotos México Desconocido