Mazatlanica de Fritzia Irízar, el arte entre el valor y lo efímero en MUAC

Fritzia Irízar hace arte a partir de los valores económicos.

 

Pinctada mazatlanica es el nombre científico que se le da a las perlas de las ostras. Es nativo de aguas poco profundas en la costa del Pacífico de América Central, donde su rango incluye tanto el norte como el sur de México y Panamá.

Esta ostra ha sido objeto de una pesquería de perlas en el Golfo de California desde antes de la llegada de Hernando Cortez en 1535. Los españoles apreciaron el valor de la cosecha y para el siglo XIX, la exportación de las conchas era tan valiosa como las perlas extraídas de ellas.  Durante muchos años se ha llevado una sobreexplotación que provoca el agotamiento de las poblaciones de ambas especies de ostras, y en 1940 la pesquería fue cerrada por el gobierno mexicano, una prohibición que aún sigue vigente.

 

 

 

La artista mexicana Fritzia Irízar, nos habla de la mazatlanica que al igual que el dinero y el poder adquisitivo son cuestiones que a veces escapan nuestra reflexión. Ese es el lugar donde la obra de esta creadora funciona, así como ese punto donde el dinero se relaciona con el arte y su mercado.

A través de sus creaciones, esta artista analiza los valores económicos, culturales y emocionales que asumen los objetos cuestionando los sistemas que propagan, autentifican y sostienes estas lecturas. Está interesada en materiales geológicos y su valor tanto económico como mitológico, examina también la relación entre algunas comunidades humanas y los materiales de los que están hechas las divisas, revelando así los mitos socioculturales alrededor del valor de ciertos objetos.

 

 

Esto deriva en reflexiones profundas sobre cómo la apariencia afecta la percepción: uno a un lado del otro, un diamante y un cristal de sal se confunden e invitan a preguntarnos por qué uno es más valioso que el otro.

¿En función de qué otorgamos valor a ciertos materiales? ¿Qué permanencia tiene la valía y cuál es su relación con la historia? Mazatlanica propone un espacio donde el material precioso sirve de hilo conductor para reunir una serie de obras en las que de forma crítica, se aborda lo preciado. Irízar vuelve evidente la resistencia física y conceptual del material al diluirlo, desgastarlo, deshacerlo, disolverlo o injertarlo y da forma así a nuevas corporalidades.

 

 

 

El oro es uno de los minerales recurrentes en la obra de Irízar por su cualidad estable y duradera; este material le permite cosificar la huella del trabajo a partir de moldear diferentes herramientas. Es a partir del trabajo con perlas que realiza una crítica de lo vivo, y recupera fábulas históricas.

Asimismo parte de las transmutaciones materiales, resultado de años de trabajo de extracción y, de la equiparación de procesos de explotación con los injertos de madreperla en ostras y en personas. La noción de joya se despliega en la exposición en diferentes analogías y paralelismos.

 

 

La idea de joya se inserta dentro del animal “naturalmente”, Irízar lo injerta en un ser humano, con el fin de revertir el ciclo biológico de origen de la perla y la introduce en el cuerpo de una persona para restituir la expulsión de la perla de la ostra. Con esto, Irízar investiga la fragilidad, la contingencia, la transmutación de la materia y la relación con el valor que surge de la tensión entre lo histórico, lo animal y lo social.

La producción de Irízar ha transitado entre el material y la valía que se le atribuye socialmente. Sus obras abordan la dependencia entre lo precioso y lo preciado, entre el propio material y la construcción de su valor. En esa búsqueda, Irízar explora el intersticio entre el objeto en sí mismo y la creación de deseo: ese espacio abstracto en el que reside el concepto de valor; el rastro que dejan tanto la impronta del material como la huella del anhelo.

 

 

Virginia Roy y Helena Chávez son las curadoras de esta exposición, dejando claro que un núcleo importante de la muestra es el trabajo que Irízar ha hecho en los últimos cuatro años en torno al acontecimiento de la perla. Las piezas de la artista, comenta, ahondan en la tensión que se crea en este fenómeno biológico, reinterpretando la transformación física del material y analizando la construcción social de valor que viene ligada a su comercialización y explotación.

“Las piezas de Fritzia nos sumergen en esa transformación y fascinación del material precioso y convierten al espectador de la exposición en un pescador que extrae y captura sentido. Su búsqueda es la de un valor fosilizado que la artista ha cuestionado y desgranado en diferentes proyectos. Un ciclo de vida, que, ligado a la ruina del tiempo, vuelve a tomar forma de nuevo.

 

 

Este trabajo reciente de investigación de la artista mexicana, se detiene en un objeto que ha cautivado a la humanidad: la perla. Estos moluscos que han sido el eje que ha permitido a la artista trabajar en una investigación que pone en cuestión los límites entre el objeto y el sujeto, pero también entre lo humano y lo animal, explorando las tensiones sobre el valor a partir de una serie de intervenciones en la ostra, la piel y la historia.

 

 

 

Mazatlanica de Fritzia Irízar

Dónde: Museo Universitario Arte Contemporáneo. Insurgentes 3000, CU.

Cuándo: hasta 01 de enero del 2020 Miércoles, viernes y domingo de 10:00 a 18:00; Jueves y sábado de 10:00 a 20:00 horas; cerrado lunes y martes.

Cuánto: General: $40

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