Quien naciera bajo el día de Itzpapálotl gozaría de salud y tendría una vida próspera.
Itzpapálotl o mariposa de obsidiana en náhutl, es una de las principales y más importantes diosas de la cultura chichimeca. Su aspecto hace referencia a una mariposa y en sus alas portaba navajas de obsidiana, con apariencia de esqueleto y porte tenebroso, lo cual hace que la diosa adquiera un símbolo de renacimiento y regeneración.
Ya que la Diosa presentaba alas de mariposa se le atribuye una característica de ser que se transforma. Sus manos y pies están reemplazados por garras de jaguar, esto hace que se defina como Tzitzimitl “ser terrible mítico”. El poder de Itzpapálotl se dirige hacia la mujer sabia y de edad avanzada, asimismo se exterioriza como un arquetipo divino de la bruja, maga o hechicera que ha venido a través del aprendizaje, experiencia y maestría adquirida en el transcurso de su infinita existencia.
La leyenda dice que Itzpapálotl al ser enviada a la tierra portaba una capa que le otorgaba el ser invisible para que no fuera vista. Se suponía que la diosa se maquillaba con polvo blanco y distintos coloretes, como si fuese una dama de la Corte Mexicana. El pectoral de la diosa Itzpapálotl representa poder y fuego, ya que es ubicada como la primera mujer en ser sacrificada ritualmente, siendo incinerada.
La muerte de la Diosa se debió a la guerra, en los Anales de Cuauhtitlan se narra que, cuando los Chichimecas vinieron, fueron guiados por cuatrocientos mixcoas hasta que en su travesía cayeron en poder de Itzpapálotl y ésta se comió a los cuatrocientos mixcoas.
A los Chichimecas que se encontraban ahí les ordenó flechar un águila roja, un tigre rojo, una culebra roja, un conejo rojo y un venado rojo; y cuando terminaran con lo ordenado les habló sobre ponerlos en manos de Xiuhtecuhtli, “el señor del año”, Huehuetéotl “Dios antiguo”. Pero Iztac Mixcóatl escapó de sus manos y se escondió dentro de una biznaga.
Itzpapálotl embistió la biznaga pero Iztac Mixcóatl salió veloz, y la flechó evocó a los cuatrocientos mixcoas que habían muerto. Estos se manifestaron y flecharon a la diosa varias ocasiones. Itzpapálotl murió y fue quemada y con sus cenizas los guerreros se empolvaron y pintaron ojeras. La mataron para luego adorarla como Diosa.
Usualmente, Itzpapálotl es descrita como aquella que ha “florecido en el pedernal blanco, y tomó el blanco y lo envolvió en un manojo”, en el manuscrito de 1558 escrito con caracteres europeos pero de origen prehispánico. Itzpapálotl pasó a ser una mocihuaquetzqui, una de las estrellas que eran acompañantes del sol e hija de los dioses que regían la Vía Láctea, creadores de las estrellas, los dioses y los hombres.
A Itzpapálotl también se le encuentra como una de las diosas-madre más temidas del panteón mexica, específicamente dentro la cultura tolteca. Se consideraba patrona del día Cozcacuauhtli y la Trecena 1 Casa. También señora de la caza y de los sacrificios. En frecuentes oportunidades la relacionan con la magia negra, así que suele ser el arquetipo de la sabia anciana y las hechiceras poderosas.
También es considerada una de las Tzitzimime, grupo de deidades monstruosas que descendían a la tierra para devorar a los seres humanos durante los eclipses de Sol. Itzpapálotl pertenecía al reino Tamoanchan, un paraíso terrenal habitado por dioses, que se relaciona con el nacimiento de la humanidad, pero también con ser el destino de las víctimas de mortalidad infantil.
Quizá la razón por la que no se le brinda mucho tributo es por ser una diosa de origen chichimeco, pueblo nómada poco apreciado por los aztecas. Por esa razón, la cultura azteca probablemente reemplazó su figura por la de quien fuera su hijo, Mixcóatl, como dios de la caza.
En general, a esta deidad se le asocia a la nocturnidad, a la frialdad y al origen subterráneo. Como lo indica su nombre, tiene una fuerte vinculación a la polilla Rothschildia orizaba de la familia Saturniidae, llamada mariposa de navajas o cuatro espejos. En algunas otras mitologías, la mariposa simboliza el fantasma de alguna alma en pena y, en especial, las especies nocturnas suelen ser señal de mal presagio y de muerte.
Con respecto a la obsidiana o vidrio volcánico, tiene una fuerte vinculación a la tierra y al inframundo. Suele representar la purificación a través del autosacrificio y el desmembramiento de víctimas en los sacrificios humanos. Los artículos elaborados con obsidiana también tenían un nexo con la adivinación o podían ser usados como amuletos protectores. Cuando esta roca era pulida y quedaba tan brillante como un espejo, se creía que era el alma cristalizada que había caído del cielo.
La apariencia de Itzpapálotl es evidencia de su origen demoníaco, tomando en cuenta está incluida entre las criaturas expulsadas del cielo, tales como Huitzilopochtli y Tezcatlipoca. Los elementos comunes en las representaciones de esta deidad son las alas de mariposa bordeadas con cuchillos de piedra.