La orquídea se encuentra en peligro de extinción y está en nosotros protegerla.
La orquídea es una de las flores más queridas por su misticismo, belleza, durabilidad, variedad de colores y hasta propiedades curativas. Hay orquídeas de diversas formas, géneros y colores, en múltiples tonalidades de rosa, blancas, rojas, anaranjadas, moradas y combinaciones, siendo las de amarillo sólido las únicas con un sutil aroma, e incluso las hay de un azul intenso precioso.
Esta flor se ha convertido en un símbolo de amor, romanticismo, belleza y lujuria. En la antigua Grecia era considerada como sinónimo de virilidad para el hombre que la obsequiaba a la dama de su interés. La palabra orquídea deriva del griego orchis, que significa testículo, por la forma que tienen los bulbos de la planta.
Como muchas otras cosas de nuestro planeta, las orquídeas están en riesgo de extinción. Y aunque desde el 2015, el Servicio Nacional de Inspección y Certificación de Semillas (SNICS), de la SAGARPA, creó la Red Orquídeas. A pesar de que esta red está integrada por más de 12 investigadores y 20 productores que, hasta el momento, conservan 900 especies con más de cinco mil ejemplares; esta red ha conseguido muy poco.
Esto ha derivado en que su valor comercial se ha incrementado porque cada especie requiere de diferentes técnicas de cultivo, y su desarrollo se lleva a cabo en invernaderos a lo largo de un año. Pero México es uno de los países privilegiados al contar con la posibilidad de desarrollar esta flor en invernaderos.
Según datos de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (SAGARPA) en el país existen aproximadamente mil 260 especies de orquídeas, de las cuales 444 son endémicas, es decir, exclusivas de una región. Muchas de estas variedades que se emplean con fines medicinales o culinarios como es el caso de la vainilla.
Las orquídeas también contribuyen a la polinización, pero debido a la acelerada deforestación en el sureste del país, están seriamente amenazadas. El estado de Chiapas, en el sureste de México, es uno de los estados más ricos en orquídeas y junto con el vecino estado de Oaxaca suman la mayor cantidad de plantas de la familia Orchidaceae en México.
Por muchas razones, toda esta riqueza de orquídeas está en peligro de extinción, por lo que se requiere de acciones contundentes en favor del medio ambiente antes de que los espacios donde viven las enigmáticas orquídeas terminen deforestados y dando paso a una especie de desiertos.
Se calcula que se pierden entre 40.000 y 50.000 hectáreas de vegetal original por año, tan solo en Chiapas, de tal modo que se han perdido cerca del 75 % de la cobertura original. En los últimos años se han secado 17 ríos debido a la tala en la zona madre.
Mientras no haya acciones contundentes por parte del Gobierno federal, estatal y de parte de nosotros, este proceso va continuar y nos va afectar a nivel mundial con el cambio climático. Por eso hay que recordar que todas las orquídeas tienen caracteres peculiares que las distinguen y todas tienen formas, tamaños, colores distintos.
Dentro de las acciones que podemos hacer para evitar esta catástrofe, y sus consecuencias, hay que abstenerse de comprar orquídeas y ayudar a conservar lo que nos queda. Dentro de los varios factores que amenazan su existencia, está la desaparición del estrato arbóreo, el cambio del uso de suelo, la poca floración, frutos vanos y el daño al fruto por barrenadores.
La tala desmedida, el desmonte de bosques y selvas tropicales, son dos factores que afecta a las orquídeas. También las zonas donde crecen algunas orquídeas son destinadas al pastoreo de animales que se alimentan de las plantas vecinas de la orquídea y, al mismo tiempo, de la misma planta.
Fotos @orquideass.lindas