Así fue el cambio de las vecindades por los multifamiliares en la CDMX

Los multifamiliares fueron diseñados por grandes arquitectos mexicanos del siglo XX.

 

¿Qué sería de las películas del siglo de oro mexicano sin las vecindades?

Las vecindades son espacios que han sido el escenario de la vida urbana de la Ciudad de México casi desde siempre; la Lagunilla, Peralvillo y la Merced fueron los primeros barrios en recibir el formato de vivienda popular….

Para unos ha sido el lugar de encuentro de las reconciliaciones, el sitio donde el barrio se encuentra, un lugar donde habitaban los marginados sociales; hasta lugares donde el romanticismo se ve con todo su esplender, sobre todo en series clásicas de humor y cientos de telenovelas.

 

 

En nuestros días no falta una colonia sin vecindad, estas estructuras arquitectónicas nacieron en el centro histórico de nuestra ciudad; y poco a poco se fueron extendiendo para cubrir las necesidades de vivienda de esta urbe en crecimiento.

La estructura original de las vecindades se debe a que desde el siglo XVI, las casas virreinales y algunos conventos comenzaron a abandonarse o a adaptarse para utilizar el inmueble para más personas. El diseño era casi el mismo: al centro de la construcción se ubicaba el patio normalmente adornado con una fuente, las habitaciones se construían alrededor.

 

 

 

La idea original de las vecindades, era tener un conjunto habitacional de pequeñas recámaras de techos altos para agregar uno o dos tapancos, donde se compartía la zona de lavado y los sanitarios. También se compartían las miradas, los lugares de juego y recreación, así como los chismes y los festejos.

La herrería y la escalera al centro, son características de Peralillo # 15, en pleno corazón de Tepito; la cual ostenta ser la vecindad más antigua del Barrio Bravo. Fue construida en 1713, se dice que antes de que llegaran los vecinos, fue un convento. Desde 1981, la protege el Instituto Nacional de Antropología e Historia.

 

 

 

Hay quien ubica las vecindades desde el siglo XVI, cuando las casas virreinales empezaron a adaptarse para uso de varias viviendas, estas construcciones solían tener un patio central con una fuente y las habitaciones alrededor, lo cual se prestaba muy bien para adaptarlas a varias viviendas.

De ahí que las vecindades tengan, todavía hoy, este tipo de estructura.  El tamaño de las viviendas únicamente permitía a sus habitantes sólo dormir en ellas así que la mayoría de sus actividades las realizaban en la calle

 

 

 

Durante la segunda mitad del siglo XIX aumentó el número de vecindades debido a las leyes de desamortización —Ley Lerdo del 25 de junio de 1856— y nacionalización de bienes eclesiásticos —promulgada el 12 de julio de 1859—, con las cuales los conventos fueron vendidos o utilizados como viviendas. Las fuentes se convirtieron en la toma de agua principal, y ahí se construían los lavaderos.

Durante el Porfiriato se construyeron varias vecindades. Pero la Revolución permitió el fenómeno de la invasión, pues se tomaban casas abandonadas para ser ocupadas por los revolucionarios. Fue hasta fue la promulgación de la Ley de Congelamiento de Rentas de 1942, la cual ordenaba que los caseros o dueños de las vecindades no incrementaran el monto de las rentas.

 

 

 

De ahí, que dejaron que los inmuebles sufrieran daños superficiales y hasta estructurales. Pero fue todo el siglo XX que se dio el crecimiento de las vecindades, de los barrios tradicionales de la ciudad como la Colonia Guerrero, Santa María la Ribera, Tepito o la Lagunilla. Existían vecindades de gran tamaño que inclusive tienen acceso por diversas calles y que por dentro forman pequeñas poblaciones donde sus habitantes son muy celosos de su territorio.

Las vecindades se caracterizan por ser lugares donde vivía la gente pobre, los departamentos tenían techos altos y albergaban a familias con un gran número de integrantes; además se pagaba renta por los cuartos y tenían una portera, que era la persona encargada del inmueble, la que recolectaba el pago de la renta, barría el patio y tenía contacto directo con el dueño del inmueble.

Hoy existen algunas vecindades aunque están en un estado muy deplorable y algunas ya no están habitadas. Cabe mencionar que una gran cantidad de vecindades ya han sido demolidas y sobre ellas se han construido grandes edificios y unidades habitacionales.

 

 

No obstante, los multifamiliares sustituyeron la horizontalidad de las vecindades por las casas verticales, dando paso a construcciones multifamiliares. En 1947 se construyó el primer conjunto de interés social, el Multifamiliar Miguel Alemán de Mario Pani y Salvador Ortega, para mil habitantes. En 1950 los mismos arquitectos construyeron el Centro Urbano.

Los multifamiliares también fueron construcciones para los sectores de bajos recursos, donde la arquitectura de departamentos tuvo nuevas experiencias de vivienda, reducción de espacio e incorporación de nuevas tecnologías domésticas. La cúspide de las construcciones verticales se dio en 1964, cuando Mario Pani, Ramos y Molinar levantaron la Unidad Habitacional Nonoalco Tlaltelolco para cien mil habitantes.