Los borrachitos son dulces exquisitos con una breve historia pero un gran sabor.
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¿A quién no le gustan los borrachitos? Ese dulce tradicional que todos hemos probado y enciende nuestros paladares con su textura y sabor. Estos dulces están hechos a base de harina, espolvoreados con azúcar y un relleno cremoso de una gran gama de sabores como limón, piña, fresa, rompope y más.
Como el principal toque de esta golosina es el licor, reciben el nombre de “borrachitos” y son reconocidos en muchas partes del mundo. Hoy en día, estos suculentos dulces son marca registrada ante el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial, orgullosamente creados en México.
Al igual que muchos otros dulces típicos, los dulces envinados de leche nacieron gracias a las monjas en tiempos de la colonia, quienes habitaban en los conventos de Santa Clara y Santa Rosa. La gran influencia española se mezcló con la cultura de los indígenas y fue así como surgieron.
En esos tiempos estos dulces se les obsequiaban a los benefactores como muestra de agradecimiento, pero con el tiempo se observó que se podía lucrar con la fabricación y venta de estos.
Hasta hoy en día, la producción de estos dulces envinados de leche es sustentada por la inmensa demanda de consumidores deseosos de este dulce. Es considerado como uno de los dulces mexicanos más tradicionales y emblemáticos. Es consumido por miles de turistas y regularmente por mexicanos
Se venden en las casetas, en la calle y en los mercados populares y sobre todo en Puebla. Ya que los borrachitos son dulces típicos de este estado y se dice que fueron creados en Puebla, aunque no hay un registro oficial al respecto.
Los borrachitos se hacían con fécula de maíz, azúcar, rellenos de un saborizante natural (como fresa, piña y coco) y algún licor como el coñac, rompope, tequila o incluso champaña. Aunque hoy en día hay muchos variantes, productos para su fabricación y varios colorantes que sustituyen a lo natural.
Los borrachitos son conocidos por estar en casi todas las dulcerías tradicionales y por sus vibrantes colores. En muchas romerías y fiestas típicas se les puede ver en mesas y canastas.
Su recete es relativamente sencilla, hay que verter la leche en una olla, agregar 1 1/2 tazas de azúcar y miel. Se cocina hasta que hierva y mueve para que no se derrame, hasta que se espese y genere una bola uniforme. Enseguida se agrega grenetina hidratada hasta que no queden grumos; y más tarde se añade el ron y retira del fuego.
Se vierten en molde de vidrio con la fécula y se dejan reposar hasta que se enfríen. Cuando se enfríe la mezcla, se cortan al tamaño y forma deseada, se retira la fécula con una servilleta y se revuelcan en azúcar. Si vas a cualquier mercado popular, o a Puebla, no dudes en comprar un par de estos dulces en los mercados o plazas, su sabor será delicioso al ser su lugar de origen.
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