La Ciudad de México alberga muchos tesoros y lugares asombrosos; el sincretismo cultural y arquitectónico de San Pedro de los Pinos no es la excepción.
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La historia de San Pedro de los Pinos se remonta a la época de esplendor de México-Tenochtitlan. Los asentamientos prehispánicos que se encontraron ahí demuestran la existencia de un pequeño teocalli, dedicado al dios Mixcóatl. Después de la llegada de los españoles, este paraje bien ubicado y agradable fue el lugar ideal para fundar haciendas y ranchos. El aprovechamiento de este lugar se dio gracias a la abundancia de madera de pino en la zona; de ahí su nombre.
Aquí te presentamos algunos de los secretos de esta histórica colonia:
Zona arqueológica de San Pedro de los Pinos
Imagen de: Wikimedia Commons
En la zona sur de la colonia puedes visitar los vestigios de un asentamiento mexica de considerable tamaño. Ahí se conservan los restos de un adoratorio del Posclásico: el teocalli de Mixcóatl, mencionado anteriormente. Además, también puedes darte una vuelta por el Centro Cultural La Pirámide.
Secundaria Diurna Número Ocho
Esta escuela data de 1895, cuando se le conocía como el Convento de Madres Teresianas. Su arquitectura y su importancia histórica y cultural de la zona le granjearon el título de Patrimonio Nacional. Además, cabe destacar que es una de las últimas instituciones educativas en México que solo acepta mujeres. (Ver imagen destacada).
Parroquia San Vicente Ferrer
Imagen de: MxCity
En cuanto a la parte colonial, esta parroquia de estilo neoclásico y barroco es de lo mejor que hay. Cuenta con una enorme fachada revestida de tabique, además de una torre y preciosos retablos y vitrales. Este templo dominico se comenzó a construir en 1922, y se terminó a finales de los años 50.
Mercado de San Pedro
Además de encontrar todos los artículos culinarios típicos de un mercado mexicano, también hay ropa, artículos de belleza y una ecléctica zona de comida, donde se satisfacen todos los gustos: antojitos mexicanos, sushi, comida corrida y los afamados mariscos de San Pedro. El mercado en sí es pequeño, pero pintoresco: hasta pareciera que estás en provincia.
Parque Pombo
Imagen de: Wikimedia Commons
Este pequeño parque tiene un aire parecido al mercado. Sin embargo, no dejes que sus reducidas dimensiones te engañen: su kiosco ochavado, sostenido por columnas metálicas, es un digno lugar para fotografiarse. Además, está rodeado de neverías, panaderías y cafeterías; también se encuentra cerca del mercado y de la parroquia. Cabe destacar que su nombre fue conferido en honor a Luis Pombo, un abogado oaxaqueño que donó el espacio a la comunidad en 1904.
Parque Miraflores
Este parque tiene una historia curiosa: después de su fundación en los años 50, el tránsito de las calles aledañas solía cerrarse para que los niños jugaran en sus inmediaciones. Además, había colocados dos televisores en lo alto de dos árboles, que un vecino de la colonia había donado para que la gente tuviera acceso a este medio de comunicación y entretenimiento. El Parque Miraflores es mayor que el Pombo, pero es un sitio con menos bullicio. Es ideal para sentarse a leer, estudiar, o simplemente contemplar tus alrededores: sus abundantes árboles brindan el escenario perfecto para relajarse después de un día ajetreado.
Imagen de: Flickr
Así concluye nuestra lista de secretos de San Pedro de los Pinos; realmente, ¿necesitas más para darte una vuelta por esta preciosa colonia y disfrutar de todo lo que tiene para ofrecer?
Más tradición e historia en la Ciudad de México: Milpa Alta.
*Imagen destacada de: Wikimedia Commons