Con la rehabilitación de Santa María la Redonda se busca que sea un lugar para pasear.
El barrio de Santa María La Redonda es lo que conocemos como parte de la colonia Guerrero. Su origen está en el barrio prehispánico de Cuepopan (en el camino en náhuatl), uno de los cuatro barrios o campan en que estaba dividida la ciudad de México-Tenochtitlán.
Después de la conquista de México, la ciudad se dividió políticamente en tres partes: La traza, que era exclusivamente para españoles y las parcialidades indígenas de Santiago Tlatelolco al norte y San Juan Tenochtitlán, la cual rodeaba la traza y se dividía en 4 barrios que se denominaron Santa María Cuepopan, San Pablo Zoquipan, San Sebastián Atzacoalco y San Juan Moyotla.
En la parte central del barrio de Cuepopan se construyó una capilla, en 1524 bajo la advocación de María de Nazaret, la cual funcionaba a manera de ayuda de la parroquia de San José de los naturales del convento de San Francisco. A finales del siglo XVII fue necesario construir una nueva iglesia, la cual fue concluida en 1677 y fue reconstruida en 1731 y 1735 en estilo barroco.
Ahora se quiere reconstruir el Barrio Santa María la Redonda con el fin de rescatar nuestra historia y la riqueza cultural de nuestra capital. De ahí que se lleve la misma belleza de las calles más bonitas a las zonas más abandonadas, con el fin de disminuir desigualdades y eliminar fronteras para construir una Ciudad más igualitaria. El Gobierno de la Ciudad de México concluyó la rehabilitación del barrio de Santa María la Redonda, en el perímetro B del Centro Histórico, zona a la que por años no se le había dado mantenimiento mayor.
En total fueron intervenidas 12 calles, el jardín del Obispo y el tramo de Eje Central, de Francisco I. Madero a Garibaldi, con trabajos como la sustitución de la red de agua potable y drenaje, repavimentación y habilitación de áreas verdes.
La obra fue entregada a los vecinos por la jefa del Gobierno capitalino, Claudia Sheinbaum Pardo, quien señaló que se invirtieron 131 millones de pesos y expresó que el rescate del Centro Histórico significa también recuperar la historia de la ciudad.
La Secretaría de Obras y Servicios (Sobse) informó que se recuperaron 4.2 hectáreas de espacio público, se ampliaron las banquetas, se habilitaron áreas verdes, se instalaron luminarias LED y se mejoró la superficie de rodamiento con concreto hidráulico. Además se construyeron una trotapista y una ciclopista, se colocaron juegos infantiles y se rehabilitaron zonas de ejercitadores.
Aquí hay una pluriculturalidad enorme, desde nuestros pueblos originarios, la colonia que la vemos en muchos edificios pero también en muchas historias y tenemos la ciudad moderna y contemporánea, todo se mezcla en la historia de los habitantes originarios de los barrios del centro de la ciudad y de muchos otros lugares.
La titular del ejecutivo local destacó que cuando se acaba la corrupción hay recursos para rescatar la ciudad, y permite avanzar en el combate a las desigualdades, pues no solamente es recuperar la historia de nuestras calles sino también a su gente. Esto incluyó implementación de cruces seguros, reconfiguración vial, sustitución de alumbrado público, nuevo mobiliario urbano en calles como Violeta, Valerio Trujano, Mina, Pensador Mexicano y Callejón de San Juan de Dios, entre otras.
También se inauguró un nuevo centro comunitario del Programa Puntos de Innovación, Libertad, Artes, Educación y Saberes, en la colonia Olivar del Conde, en Álvaro Obregón, donde anunció que además de las becas de 800 pesos mensuales para quienes cursen el bachillerato en las ciberescuelas de dichos centros, también habrá apoyo económico para quienes cursen por primera vez estudios universitarios en los Pilares.
Otra característica del lugar, es que se encuentra la Plaza Garibaldi y el Museo del Tequila y el Mezcal (MUTEM); además del templo de la Concepción que fue el primer convento de mujeres en América Latina y la primera iglesia con cúpula de la ciudad novohispana. La parte más antigua y “conservada” como barrio es precisamente Santa María la Redonda, un laberinto de calles donde estuvo el panteón muy famoso en el siglo XIX: Santa Paula.
La pequeña Iglesia se creó como una imitación de Santa María la Mayor en Roma, con un presbiterio circular, pero cuando se empezó a construir su altar en forma de rotonda, es decir circular, los indígenas al pronunciarla no decían Rotonda sino redonda, y así pasó la iglesia de ser la Rotonda de Santa María a Santa María la Redonda.
También es el barrio del popular Teatro Blanquita, la catedral del espectáculo musical donde se han presentado todas las estrellas del firmamento popular. El Museo Nacional de Arte (MUNAL), tiene lo mejor del arte mexicano del siglo XVI al XIX y que se encuentra en la mismísima y neoclásicamente hermosa Plaza Tolsá.