El zompantle tiene varios usos según hierberos y curanderos.
El zompantle es un árbol emblemático de muchos barrios, y todos hemos visto estos grandes árboles en muchos parques y ciudades de todo México. El también llamado, Colorín, fue un árbol era sagrado para los aztecas, quienes nos legaron varios de sus fines medicinales que hasta hoy persisten.
El colorín mide de 3 a 10m de altura, sus ramas son espinosas y de color verde pálido con grupos de flores rojas como arillos. Las flores tienen racimos piramidales rojas llamativas. Son fácilmente reconocibles porque todos hemos visto uno en la ciudad. Es probable que hayas probado sus frutos…
El zompantle es un árbol endémico de México y se considera una planta cultivada en huertos familiares cerca de ríos o terrenos de viga, e incluso se le ve en cultivos abandonados. Este árbol se asocia al bosque tropical y su floración se da en los meses de marzo a abril.
El códice florentino le atribuye un valor estético a este árbol, y en el siglo XVII, Francisco Hernández comento: “el jugo exprimido e instilado en la boca de los infantes les produce sueño. No obstante, fue en el siglo XX que se vuelve a registrar más información sobre esta planta, cuando Maximino Martínez señala los usos siguientes: como antídoto, antinflamatorio, narcótico, contra dermatosis y que producía parálisis.
Como muchas recetas prehispánicas, el zompantle tiene varios usos según hierberos y curanderos: es medicinal ya que la semilla molida cura el dolor de muelas, presenta propiedades narcóticas, sus hojas en una infusión se utilizan para aliviar las molestias de la erisipela, actuando también como antipirético, antivaricoso, hipnótico y sedante.
Se utilizó como controlador de convulsiones, como un tipo de anestesia que permite relajar la pared muscular abdominal y de esta manera facilitar el trabajo de la cirugía. Si se hierve la corteza se puede aplicar en forma de vaporizaciones para el dolor de las muelas, en la mejilla, y otros tantos remedios caseros que bajo ninguna circunstancia sustituyen a la medicina occidental.
La agricultura cultiva a la planta como una gran sombra en plantaciones de cacao y café. Sus frutos y retoños se han utilizado en diversos guisados desde años. De hecho, sus flores fritas o hervidas son muy apreciadas como complemento alimenticio ya que posee un gran contenido proteico y lípidos, lo cual representa una gran alternativa para ser usada y consumida como alimento.
La madera es utilizada en la elaboración de artesanías mexicanas; en Guerrero se elaboran mascaras para las principales danzas de fiestas religiosas de los santos patrones del pueblo y lo mismo en Michoacán y Oaxaca.
El árbol del colorín es otra de las plantas mexicanas que ha trascendido los siglos gracias a sus propiedades medicinales, la toxicidad de sus semillas, pero también a los usos gastronómicos y propiedades saludables, si es que la planta se trata con precaución; además de que es una planta útil para la producción de artesanías con su madera.
El nombre científico del Colorín es Erythrina coralloides y pertenece a la familia de las leguminosas. Es por eso que muchos pájaros visitan las flores que son ricas en néctar, así que es bastante común ver a colibríes grandes rondando este árbol. Sus raíces son muy superficiales y agresivas por lo que pueden llegar a destruir banquetas y calles cercanas al árbol.