De cuando la gripe española se propagó por el mundo y cómo llegó a México.
La pandemia de 1918 sigue siendo la mayor pandemia de la historia, hasta ahora. La gripe se propagó rápido y mató a 25 millones de personas en los seis primeros meses. Se han especulado diversas causas de la catástrofe a lo largo del último siglo; historiadores y los científicos han propuesto numerosas hipótesis referentes a su origen, alcance y consecuencias.
Lo que se sabe es que la pandemia se descubrió en España, pero es poco posible que la “gripe española” se haya originado en España. La pandemia adquirió su apodo debido a que, en la Primera Guerra Mundial, los países beligerantes hacían todo lo posible por evitar dar ánimos a sus enemigos, así que ni Alemania, Austria, Francia, Reino Unido y Estados Unidos quisieron hablar de la enfermedad. España, al ser neutral, no necesitaba ocultarla.
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Se dice que el origen geográfico de la gripe sigue siendo objeto de debate, aunque diversas hipótesis han apuntado al Este de Asia, Europa e incluso Kansas. Entre septiembre y octubre de 1918 llegó la gripe española a México, y muchos periódicos del país reportaron el día a día de su avance y la devastación que dejó en el territorio nacional.
La enfermedad tuvo gran presencia al norte del país y el gobierno recurrió a medidas drásticas, como el cierre de fronteras y el riego de calles con solución de creolina -un potente desinfectante-, para evitar su propagación. El departamento de salubridad adopta medidas energéticas para evitar la Epidemia:
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Se suspendió el tráfico entre Monterrey y Torreón. No se permitió el arribo de Buques Infestados si no es al Puerto de Veracruz, donde quedarán sujetos a una rigurosa cuarentena. En su momento, la Secretaría ordenó la clausura de la Aduana Fronteriza de Laredo, Tamaulipas.
Coahuila fue el que dictó las primeras medidas importantes para contrarrestar la terrible epidemia, donde fueron clausurados templos, escuelas, teatros y demás lugares en que se puede congregar regular número de personas. El setenta por ciento de la población, se encuentra atacado por el terrible mal, y el primer caso de muerte ha sido el del diputado a la Legislatura local, señor Enrique Dávila.
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En ese momento, los enfermos murieron asfixiados y se llevaron a cabo diversas medidas aprobadas por las secretarías de sanidad:
Se enviaron brigadas sanitarias para los lugares en donde la epidemia fue más fuerte, con medicamentos suficientes para atender a los atacados. Se imprimieron explicaciones del caso y los medios de precaverse de la enfermedad, así como el método que debe seguirse en la curación. Se nombraron numerosos agentes investigar los casos y se regaron las calles varias veces al día.
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Un médico de la época dijo sobre la epidemia que era una enfermedad conocida anteriormente con el nombre de gripa, resfriado o “trancazo”; y no tiene, como se ha dicho, síntomas alarmantes o graves que pudieran originar una verdadera epidemia que llegara a causar numerosas víctimas en la República. Pero no fue así.
La enfermedad tuvo mayores estragos en la ciudad de México donde la epidemia se desarrolló y prosperó con facilidad. Se asegura que se llegó a alrededor de ochocientos mil habitantes, de los cuales puede un veinte por ciento estuvo en condiciones de afrontar la enfermedad solo con higiene y al aseo, pero el porcentaje restante fue presa fácil de la enfermedad.
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Los higienistas de la época recomendaron a todos los habitantes, una higiene rudimentaria, aseo de letrinas en las casas de vecindad, y que tomaran el medicamento que escaseaba; por lo que llegaron a registrarse hasta cien defunciones diarias por lo que se pidieron medicinas a Estados Unidos
En los registros de defunciones del Archivo del Hospital General en la ciudad de México quedó notificado que en el mes de octubre de 1918 se elevaron las defunciones, y que éstas se incrementaron de manera significativa en noviembre. El periódico El Demócrata dijo de la siguiente noticia: “La mortalidad en México aumentó un 200% en octubre”.
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Ese mismo periódico, El Demócrata, declaró entre mil 500 y 2 mil muertes diarias en México. De acuerdo con estos reportes, el número de enfermos en las poblaciones, ciudades y algunos estados oscilaba entre 30 y 200 contagiados al día; se cree que la pandemia mató a 300 mil mexicanos en total. Autores que estudiaron el tema hablan de casi medio millón de mexicanos muertos.
Fue hasta el 2 de enero de 1919 cuando varios periódicos, entre ellos El Universal publicaron noticias diferentes: “Medio millón de muertos… ¡Pasó su majestad la influenza!”. La nota refería que la enfermedad había sido más mortífera que las armas de la Revolución Mexicana.
