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La influencia del modernismo mexicano en el arte pictórico estadounidense

El alcance del arte nacional, a través del tiempo, ha trascendido fronteras y se ha posicionado como uno de los más relevantes del mundo; el modernismo mexicano no es la excepción.

 

“Vida Americana” es una exhibición muy particular. El Whitney Museum of American Art le dedicó un espacio al impacto que ha tenido el modernismo mexicano en Estados Unidos. El constante intercambio cultural entre estos países cambió radicalmente la relación entre artistas y política, además de cuestionar muchos paradigmas de la escena artística. Vida Americana examina el modernismo mexicano entre los años 1925 y 1945. Una de las sentencias que establece la descripción de la exposición es que dicho intercambio dio luz al expresionismo abstracto.

 

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Diego Rivera, Festival de Santa Anita. Imagen de: artsy.net

 

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Jackson Pollock, Landscape with Steer. Imagen de: artsy.net

 

El objetivo primordial de la curadora del museo, Barbara Haskell, es repensar la historia del arte y sus implicaciones en la sociedad. De acuerdo con ella, los pintores mexicanos tuvieron la influencia de más largo alcance en esa época. Sin embargo, se les suele dar más crédito a los movimientos franceses, por ejemplo. En una de las secciones de la exposición, se habla de los tres grandes muralistas mexicanos: Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros y José Clemente Orozco.

Explica cómo Estados Unidos necesitaba desesperadamente encontrar una identidad nacional después de la Gran Depresión. Tomaron como modelo los gobiernos post-revolucionarios de México, que voltearon la mirada al arte para realzar y fortalecer los valores sociales en una sociedad fracturada. Varios pintores estadounidenses, como Charles White y Elizabeth Catlett, viajaron a México y conocieron a los muralistas. Quedaron impactados por la manera en que ellos concebían a las raíces indígenas de México como los cimientos de la identidad nacional.

 

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María Izquierdo, Mis sobrinas. Imagen de: artsy.net

 

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Harold Lehman, The Driller. Imagen de: artsy.net

 

Después, regresaron a su país y celebraron su propia identidad y origen a través de sus obras. Haskell dice que la razón por la cual no se habla tanto de este capítulo en la historia del arte estadounidense es porque la gente estaba cansada de la Depresión y de la Segunda Guerra Mundial, y buscaba arte que funcionara más como un escapismo, no como una representación de las adversidades y el sufrimiento. El fuerte contenido ideológico del modernismo mexicano era demasiado para ellos.

Afortunadamente, Vida Americana ha hecho grandes esfuerzos, durante muchos años, para honrar esta conexión. Ahora más que nunca, los mensajes críticos del arte mexicano de aquellas décadas son poderosamente relevantes. Con todos los conflictos fronterizos entre los dos países, es vital recordar que lo que nos une es más importante y valioso que lo que nos separa. El intercambio cultural es un pilar del desarrollo simultáneo de las sociedades, y debemos hacer todo lo que está en nuestras manos para no perderlo. La respuesta está en la compasión y en el entendimiento, no en la exclusión y en el odio.

 

Aquí hablamos más en profundidad sobre la influencia del muralismo mexicano en EU.

*Imagen destacada: Alfredo Ramos Martínez, Flores Mexicanas; recuperada de artsy.net