Sensor versátil de biomoléculas: prueba rápida de la UNAM para detectar Covid-19

Este sensor es una prueba realizada por varios científicos de la UNAM.

 

28 científicos de la Facultad de Ciencias de la UNAM lograron desarrollar una prueba rápida que identifica el material genético del virus SARS-CoV-2, causante del covid-19, y permite procesar al menos 43 muestras en un tiempo máximo de dos horas, con un costo cercano a los 300 pesos.

El biomarcador ya se encuentra en fase de validación ante el Instituto Nacional de Diagnóstico y Referencia Epidemiológicos (InDRE), por lo que en un mes podría emplearse en los hospitales para hacer frente a la pandemia, y en una segunda fase fabricar “pruebas caseras” para lo que requieren una inversión de 10 millones de pesos para la adquisición de los robots que fabrique los dispositivos de forma masiva.

 

Foto  Milenio

 

“Nuestro biosensor tiene el potencial de detectar específicamente ácidos nucleicos, el RNA del virus, que es como su marca y permite hacerlo masivamente, a diferencia de las pruebas PCR. Es una técnica con muy pocos pasos, con muy pocos insumos y no se requieren equipos muy sofisticados y caros lo cual nos permite usarlo en lugares con poca infraestructura para procesar”, señaló Fiordelisio, para el periódico Milenio.

El grupo de científicos, en el que participan también estudiantes, forma parte del Laboratorio Nacional de Soluciones Biomiméticas para Diagnóstico y Terapia (Lansbiodyt) de la Facultad de Ciencias de la UNAM; durante las últimas semanas ha trabajado a marchas forzadas en la prueba para el diagnóstico de covid-19, con base en un biomarcador en el que ha trabajado desde hace cuatro años para la detección de otros virus, hormonas y moléculas, por lo que ya tienen una patente registrada en el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI), bajo el nombre de “Sensor versátil de biomoléculas”.

 

Foto Expansión política

 

Desarrollada como en otro país, la emergencia de salud que se vive ha hecho que los científicos aporten soluciones prácticas contra el Covid-19 por lo que trabajan a marchas forzadas para desarrollar este biosensor de detección rápida, masiva y barata de este tipo de cepa.

A diferencia de las pruebas rápidas convencionales (en su mayoría de fabricación china y que tienen una sensibilidad del 30%, cuando debería ser superior al 80%) podrá identificarla en los primeros ciclos de infección, lo que las otras hacen en una fase más desarrollada de la infección.

 

Foto  Excelsior

 

La Facultad de Ciencias lleva más de cuatro años trabajando en un sensor versátil de biomoléculas que hace posible la detección de diversos anticuerpos y moléculas como glucosa e insulina (para diagnosticar diabetes, colesterol, triglicéridos, entre otros) pero que se puede usar efectivamente para detectar Covid-19.

El proyecto se encuentra en fase de validación ante el Instituto de Diagnóstico y Referencia Epidemiológicos (Indre) y en pruebas de distintos tipos de lectores para determinar carga viral. Se calcula que su costo oscilará alrededor de los 300 pesos por prueba, a diferencia de los 1,500 a 2,000 pesos a que ascienden otras pruebas de diagnóstico.

 

Foto Uno tv

 

En las próximas semanas los hospitales y laboratorios de cualquier parte del país podrán implementar este biosensor para hacer pruebas de detección —hasta 43 pruebas por placa y con un tiempo máximo de una hora y media—, sin necesidad de tener lectores, infraestructura ni máquinas sofisticadas, sino que utilicen los recursos con los que cuentan e incluso brindarles kits con los insumos básicos.

Para una segunda fase del proyecto planean tener ya listo un point of care; es decir, un pequeño sensor —como una prueba de embarazo o un glucómetro—, pero que en este caso podría detectar los virus y muchas otras moléculas, y podría ser más barato y de acceso universal.

 

Foto Contraréplica

 

Ahora se buscará que el sensor sea de fácil uso, barato y que se pueda llevar a lugares donde no haya hospitales ni laboratorios clínicos, así mismo quede desactivado para el contagio una vez confinado en el interior de la prueba.

La muestra del paciente se tomaría de la nariz o de la boca y se colocaría en trisol —que es una solución comercial compuesta por cloroformo y otros solventes—, en ese momento el virus quedaría inactivado lo que significaría una gran ventaja porque la muestra puede ser transportada a cualquier otra parte sin que haya un peligro de contagio.

 

Foto  Mega News

 

Hasta el momento están validando una parte sintética del genoma y para ello trabajan en colaboración con la doctora Laura Palomares del Instituto de Biotecnología (IBt). Los investigadores esperan que en las próximas semanas se puedan tener ya las validaciones necesarias, a partir de ahí, el proceso para los hospitales sería sencillo.

Foto destacada Libertador