Las clarividentes mexicanas vendían esperanza en tiempos inciertos.
Hace un siglo la más famosa de las clarividentes mexicanas era Zulema Moraima Gelo, quien aseguraba haber vaticinado la Primera Guerra Mundial y la “gripe española” que se dio en el mundo en 1918.
A partir de un grupo de imágenes bajo resguardo en la Fototeca Nacional, varias de ellas del Fondo Casasola, la historiadora del arte Mayra Mendoza Avilés ha sacado a la luz a algunas de las clarividentes, adivinadoras, palmistas y cartomancianas que ejercieron en nuestro país la milenaria lectura de los arcanos, centrándose en dos biografías: la de las hermanas Zulema Moraima Gelo y Nelly Mulley.
Foto Archivo Casasola. Secretaría de Cultura. INAH. Sinafo.
Dicho texto es uno de los que componen el número 61, “Frente al espejo”, de la prestigiada revista Alquimia, que el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) pone a disposición junto a otras publicaciones periódicas aquí; donde el público encontrará lecturas interesantes y entretenidas para este periodo de confinamiento.
La doctora Mayra Mendoza, ex subdirectora de la Fototeca Nacional, rescata a estos personajes que se promocionaban en los diarios de la época y atendían lo mismo a gente humilde que a políticos, en sus estancias en céntricos edificios de Ciudad de México. Vidas que transcurrieron entre vaticinios espectaculares y exabruptos de personas timadas, líos amorosos, pleitos caseros, entradas y salidas de la cárcel.
Foto Archivo Casasola. Secretaría de Cultura. INAH. Sinafo.
Zulema Moraima Gelo y Nelly Mulley, exóticos nombres tomados de los personajes de la ópera Zulema, obra de Rubén M. Campos, estrenada al despuntar el siglo XX, escondían los de María Ciriaca Rosaura y María Trinidad, apellidadas Reséndis, oriundas de Huichapan, Hidalgo.
El encuentro de Mendoza con las imágenes de estas mujeres que aparecen frente a brillantes bolas de cristal, leyendo la palma de hombres y mujeres (e incluso bebés), o en fotomontajes donde lucen ondulantes cuerpos enfundados en velos árabes, fue el inicio de una búsqueda en otros archivos, para encontrar su mención en diarios y revistas, anuncios, y expedientes de carácter oficial.
Foto Archivo Casasola. Secretaría de Cultura. INAH. Sinafo.
El escritor José Emilio Pacheco, la nombra “Nuestra máxima vidente”, título que se ganó “al predecir en 1920 la muerte de un personaje de la política, la cual coincidió con el asesinato de Venustiano Carranza. Así también acertó la de López Velarde, de quien vaticinó su fallecimiento joven y asfixiado, tal como le sucedió a los 33 años resultado de una bronconeumonía”.
Mayra Mendoza, quien se ha dedicado a la divulgación de la fotografía histórica y contemporánea, revela que entre 1919 y 1920, “es posible hallar entre las licencias otorgadas por el Ayuntamiento a los expendios de manteca, carbón, tocino, semillas, vino, jabón y fierro viejo, las solicitudes de Zulema Moraima ya con el apellido Gelo.
Foto Archivo Casasola. Secretaría de Cultura. INAH. Sinafo.
En ese archivo se encuentran también los registros de Trinidad Ortiz, Julia Alvarado, Rosa Valls, María Garza, Juan Hextt, Rosa Martínez y María Merino, para obtener el consentimiento de ganarse la vida como adivinadores, palmistas, clarividentes o cartomancianos.
“Habrá que anotar que el hipnotismo y espiritismo eran vistos bajo la lupa científica, y las autorizaciones para ejercerlos fueron concedidas sin mayor duda”, precisa en su texto la autora, encargada de la Dirección de Divulgación de la Coordinación Nacional de Difusión del INAH. No obstante, Zulema, “La adivinadora burguesa” (como fue nombrada por algún periódico), siguió ejerciendo en los años 30 en ciudades como Guadalajara y Monterrey, donde la persecución y los pleitos maritales tampoco le dieron tregua. La trayectoria de estas “profesionales de la adivinación”, entre ellas su hermana Nelly Mulley, se puede seguir hasta la década de los 60.
“Las hermanas Reséndis nacieron, en el mismo municipio de Hidalgo que el político Javier Rojo Gómez. Nelly se convirtió en consejera del que llegaría a ser jefe del Departamento del Distrito Federal, gobernador de Quintana Roo y, aun cuando estuvo en campaña, ni los arcanos mayores ni los menores atinaron para hacerlo presidente”, apunta Mayra Mendoza.
Lo significativo, concluye, es que “después de las consultas físicas, por correo postal, llamada telefónica y hoy en día aplicaciones de celular, la consulta de los arcanos siga siendo una atractiva oferta para los urgidos de respuestas”.
Información de Alquimia