Los merengueros venden delicias y te alegran el corazón.
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Se le adjudica al italiano Gasparini, de la región de Meiringen en Suiza, la creación del merengue. Se dice que fue en el siglo XVIII donde vivió el padre del merengue… Aunque fue su hija María Leszczyński quien puso “de moda” este postre en la Corte francesa, cuando acepta ser la mujer del rey francés Luis XV “El Beneficioso”.
Juan de la Mata, en el libro Arte de repostería, de 1747, recoge un capítulo dedicado a los merengues. Por cierto, la palabra “suspiros”, en cocina, viene del merengue, ya que hasta principios del siglo XIX los merengues se moldeaban con una cuchara antes de meterse en el horno. Pero fue Antoin Carême quien paso del “suspiro” a la manga pastelera.
Otra versión dice que fue cocinero polaco quien preparaba los merengues para el rey de Polonia con una receta alemana. Este rey tenía una corte en Nancy, Francia y ahí fue donde por primera vez se sirvieron los merengues ya que su hija la princesa era muy golosa o mejor decir, una adepta a los dulces, tanto que los puso de moda en toda Francia al casarse con el hijo de Luís XV.
Y fue la esposa de Luís XVI, María Antonieta, quien elaboraba los merengues en el Pequeño Trianón en Versalles. Fue así que después este postre se extendió a toda Europa hasta llegar a América.
Lo que sabemos es que los merengues llegaron a México con la cocina conventual virreinal y así las sencillas recetas se fueron transmitiendo entre la población de México que utilizaba ingredientes locales como el azúcar de caña, el piloncillo, las pastas de frutas y semillas para elaborar distintos dulces. Estos merengues mexicanos se preparan como cualquier otro merengue, con claras de huevo y azúcar, pero para verse un poco más nacionales se les agrega un poco de pulque.
Los “Gaznates”, que son láminas delgadas de harina que después de ser freídas en manteca, se rellenan de la mezcla del merengue y se hornean. Pero además hay “Duquesas” “Suspiros” y solo “Merengues” en diferentes presentaciones y consistencia.
En la Ciudad de México los conocemos porque en los barrios tradicionales como Xochimilco o Coyoacán, hay personas que pasean por las calles ofreciendo sus dulces hechos con merengue. Algunos de ellos también se dedican a la venta de otros dulces tradicionales mexicanos como palanquetas, pepitorias o muéganos.
El Merenguero es el personaje que vende merengues como mercader ambulante y lleva una mesa plegable ya sea en el hombro o en la cabeza. Lo conocemos porque va por las calles gritando: ¡Merengueeeeees! ¡Merengueeeeees!
Se dice que el merenguero jugaba con los niños de las escuelas echando “volados” de monedas al aire con la finalidad de conseguir una mejor venta; “Sencillo o doble”, era la invitación a jugar y a ganar dos merengues por el precio de uno o a pagar dos veces el mismo merengue, en caso de perder.
Apostar unas monedas era una divertida acción que te dejaba una sensación de engaño ya que el merenguero por raro que parezca ¡Siempre ganaba! pero los que perdían el volado, siempre se quedaban con un merengue en la mano… así que las cosas invariablemente han sido justas.
Este personaje es el heredado la tradición de hacer esos ricos dulces con su característico lo rosa mexicano o blanco. Hay merengueros y merengueras que ya son personajes que forman parte de las tradiciones mexicanas aunque sea algo muy característico de cocinas extranjeras.