Banco Chinchorro es un paraíso histórico lleno de viejos navíos para explorar.
A 24 kilómetros del sur del paradisíaco estado de Quintana Roo, se encuentra una isla coralina oceánica, con 46 kilómetros de largo y 15 de ancho siendo la más grande de México: Banco Chinchorro.
Esta gran isla tiene una extraordinaria forma elíptica con una laguna que comunica con el precioso mar; y es el hogar de numerosas especies y, al mismo tiempo es un grandioso cementerio de galeones españoles e ingleses del siglo XVI y XVII, que en la actualidad son equivalentes a museos submarinos.
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El Chinchorro tiene varios barcos hundidos que con el tiempo se han convertido en un floreciente ecosistema lleno de vida donde abundan diversas especies de coral y peces de vívidos colores. Cuenta con una configuración que forma una laguna o barrera arrecifal con profundidades que oscilan entre los 2 y los 8 metros, haciendo de este lugar un destino atractivo para los entusiastas del buceo y el snorkel de todo el mundo.
Además, es un parque nacional marino, el atolón más grande de México y el segundo de mayor tamaño en el planeta. Es decir, que por un lado se compone de una inmensa e ininterrumpida barrera de corales, y por el otro, mira hacia tierra firme.
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Dentro de la laguna surgen tres islotes, uno en medio llamado Cayo Centro, y otros dos en los extremos: Cayo Norte y Cayo Lobos. En el arrecife viven distintas especies de coral como el cuerno de alce, la estrella, la lechuga, la montaña, el cerebro, el fuego de coral, entre otras. Sin duda, es un lugar ideal para maravillarse ante los colores y la variedad de vida marina. Esta belleza natural fue declarada en 1996, Área Natural Protegida, y cuenta con una superficie de alrededor de 800 kilómetros cuadrados.
Pero este sitio es reconocido en el mundo por ser un cementerio de numerosos barcos como el 40 Cañones, La Caldera, Glen View, San Andrés, Cassel, Huba y Far Star. Se han identificado 68 sitios arqueológicos subacuáticos, y por lo menos 18 galeones; una peculiaridad que hace del Banco Chinchorro un museo marino de la historia de la navegación en el Caribe Mexicano.
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Las aguas someras han sido la causa del varamiento de varios barcos en el curso de la historia, por ello este lugar recibió el apodo de Cementerio de los Barcos. Banco Chinchorro es un auténtico espectáculo para los buzos y visitantes que terminan encantados con este rincón del Caribe. Es un lugar envuelto por el misterio.
Los arqueólogos subacuáticos han podido liberar los restos de navíos, madera de algunas embarcaciones, así como cañones, muestras del lastre para su análisis y conocer su procedencia mediante comparaciones con muestras que se hallan en bases de datos de Europa.
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Los historiadores indagan en archivos de México, Guatemala, Cuba e Inglaterra para dar sentido a este rompecabezas. La conservación de los restos materiales es otra de las prioridades del proyecto del INAH en Banco Chinchorro, donde se toman medidas de corrosión de los 36 cañones de este sitio y con base en ello se estima la velocidad de su proceso de deterioro.
Bajo estas aguas también yacen naufragios pero que siguen sin ser identificados por los arqueólogos subacuáticos. Uno de ellos es “Tetis”, una fragata española del siglo XVIII, o bien, sitios a los que únicamente saben llegar los pescadores de Mahahual y Xcalak, quienes son parte fundamental en este trabajo de registro arqueológico.
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Chinchorro forma parte del Sistema Arrecifal Mesoamericano, la barrera de arrecifes más grande de México que corre paralelo al litoral caribeño de nuestro país, Belice, Guatemala y Honduras; además contiene una muestra y síntesis de más de cuatro siglos de historia marítima en América.
Foto destacada: National Geographic
