En el panteón maya, Hurakán se origina de la lengua quiché y es conocido en todo el sur.
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Se ha dicho que la mitología maya es básica, ya que cuando llegaban tormentas terremotos y desastres de agua era la culpa del dios del fuego Huracán. Y tal y como sucede en otras mitologías, los mayas usaban este tipo de relatos para dar explicación a los fenómenos naturales. Aunque se diga que sus mitos son básicos, lo cierto es que tenían complejas ceremonias para rendir tributo a sus dioses.
Huracán es el dios de las tormentas, el viento y el fuego. El nombre de este se encuentra conformado por los vocablos mayas hun, que traduce “uno”, y racan, que traduce “pierna”. Por lo tanto, huracán se puede traducir como “el que tiene una sola pierna” o “pierna sola”, pues tenía un único pie en forma de cola de serpiente que terminaba con un pie con largas uñas como garras.
Hurakán también era conocido como el dios cojo para los hablantes de la lengua quiché. Pese a esto, no era un dios ridículo ni menor, sino todo lo contrario: era una poderosa deidad que le gustaba traer destrucción al mundo por medio de tormentas.
Cuando enfurece nadie puede controlar su ira. Desde las nubes desciende su única pierna y su pie, dotado de prominentes garras, destrozando todo lo que toca a su paso. Así es el descomunal poder del “Corazón del Cielo”, mejor conocido como Hurakán, dios del viento, del fuego y las tormentas.
Yucatan living
Esta deidad del panteón maya se origina de la lengua quiché, y es uno de los 13 dioses que participó en la creación y con su apariencia monstruosa le hace honor a sus destructores poderes, temidos por el resto de los dioses. Tiene cabeza, tórax y abdomen, pero sus piernas terminan en una sola, cuyo pie lleva garras. Los brazos, uno sobre la cintura, el otro sobre la cabeza, aluden a la dirección que llevan los vientos durante los huracanes, según lo refirió el arqueólogo cubano Fernando Ortiz (1947).
Los antiguos pobladores del golfo de México y el área maya compartieron elementos de las culturas caribes, mismos que fueron permeando el resto de Mesoamérica. Es por ello que rastrear la presencia de Hurakán en otras regiones de nuestro país, aunque se le conozca con otro nombre.
Mexicolore
Los mayas peninsulares lo llaman Chaac; en el altiplano mexicano se convierte en Tláloc; para los totonacos, es Tajín; y en Oaxaca, se le conoce como Coci-joo. En Veracruz, la versión más evidente de Hurakán es la estela que lo representa en El Tajín.
A veces se asocia con Mictlantecuhtli puede ser su lejano antecedente. Lleva en la mano izquierda una serpiente, como alusión a Huitzilopochtli y en representación del rayo.
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Este dios maya heredó su nombre a los más poderosos fenómenos meteorológicos, entre los llamados ciclones tropicales que, por su intensidad, se dividen en perturbaciones tropicales, depresiones tropicales, tormentas tropicales y huracanes.
En México, la temporada de ciclones tropicales inició en mayo y a veces en junio. Aunque la cantidad de ciclones, tormentas tropicales y huracanes varía y mucho más con el clima tan complejo que tenemos hoy en día.
El ágora
Este era representado como un ser antropomorfo con piel de serpiente, rasgos reptiloides y la cola de una serpiente. En su honor, las grandes tormentas eran conocidas por los mayas como huracanes.; y en la actualidad se conocen así los ciclones tropicales.
También fue uno de los trece dioses que tuvo participación en la creación del mundo y del hombre de maíz. Esto se puede encontrar relatado en El Popol Vuh, el libro que cuenta el origen del mundo. Según esta narración, Huracán vivía en lo alto del cielo, en medio de las nubes.
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Era responsable de la lluvia y de otros fenómenos naturales relacionados con el clima. De esta forma, era el dios sobre el cual recaía la responsabilidad de castigar a los seres humanos por su desobediencia y malas acciones. Una vez, cuando los mayas no respetaron a los dioses y los hicieron enfurecer, los dioses le pidieron a Huracán que los castigara. Entonces lanzó una poderosa lluvia sobre la tierra, provocando inundaciones y malestar.
La primera manifestación de Huracán se llamaba Caculhá Huracán, el rayo de una pierna. La segunda manifestación se llamaba Chipi Culhá, el más pequeño de los rayos. Y la tercera manifestación se llamaba Raxá Caculha, Rayo muy hermoso.
Y así son tres el corazón del Cielo; dice el Popol Vuh