Chucho el roto: la leyenda del ladrón de las mil caras

Conoce la historia de Jesús Arriaga, el legendario Chucho Roto.

 

Jesús Arriaga conocido por el sobrenombre “Chucho el Roto” fue un legendario bandido mexicano, estafador memorable, ladrón de mil caras y manos de seda, son algunos de los apodos de uno de los ladrones más ingeniosos y pintorescos que existieron en las últimas décadas del siglo XIX en México.

De su familia se sabe poco, pero de sus hazañas, mucho. Todo comienza cuando Jesús fue humillado y amenazado por los parientes de una muchacha que amó, pero no fue aceptado por el tío de la mujer. Así que Chucho decidió robarse a su hija, y este fue el motivo para encarcelarlo, aún a pesar de haber devuelto a la criatura.

 

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Un Juez se ordena aprehender a Jesús Arriaga y después de la consigna del juez, quien al verlo bien vestido exclama: “Mírenlo es un roto”: una persona de escasos recursos que vestía bien, con trajes lujosos, sombrero, bastón, polainas, zapatos de charol, camisas almidonadas, etc.

Después del juicio es encarcelado en la penitenciaria de la Ciudad de México, “Los Arcos de Belem”, donde conoció a Margarito López “el Rorro”, Juan Ramírez “la Changa” y Simón Palomo “la Fiera”, quienes a la postre serían sus cómplices. En 1875 logran darse a la fuga; “Chucho el Roto” se disfrazó con el sobretodo, sombrero y bastón del presidente de la junta de vigilancia de la cárcel, el doctor Carrillo, para sacar a sus compinches y otros presos más, todo en pleno día.

 

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En pleno Porfiriato, “Chucho el Roto” se dedicó a robar a las clases altas como venganza y de paso ayudar a los necesitados, siempre con astucia e ingenio y nunca derramando sangre. Una vez, por ejemplo, se disfrazó de sacerdote y se presentó en una joyería llamada “Sorpresa y Primavera”; después de escoger los objetos más valiosos, pidió que se los enviaran al Hotel San Carlos. Siendo católicos los propietarios, enviaron los objetos, pero cuando se percataron de la estafa, el falso obispo y sus cómplices ya habían abandonado el hotel.

A pesar de que nunca revelaba su domicilio y corrompía a los policías, fue recapturado en 1885 y recluido una vez más en la cárcel de Belem; lo trasladaron a la cárcel de San Juan de Ulúa, Veracruz, donde hizo gala de su ingenio y escondiéndose en una letrina, esperó a que los guardias la sacaran fuera de la cárcel para vaciarla y logró fugarse.

 

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Contaba con un amplio vestuario para disfrazarse, y un herrero muy hábil fabricaba los artilugios que necesitaba. Se cuenta que incluso le robó un reloj al mismísimo Porfirio Díaz, para después entregárselo personalmente. Pero fue apresado otra vez en Querétaro después de robar una joyería o tal vez en un atraco que realizaba en las cumbres de maltrata, a medio camino entre las ciudades de México y Veracruz.

Otra vez en San Juan de Ulúa intenta escapar sin lograr su objetivo. Es perseguido azotado y se dice que murió el 25 de marzo de 1894 a los treinta y seis años. El féretro fue custodiado por guardias y trasladado a la ciudad de México, donde los relatos cuentan que se abrió el féretro y lo único que se encontró fueron piedras. Hoy en día no se sabe dónde se encuentra la sepultura de “Chucho el roto”.

 

Casa de Chucho El Roto

 

Las estafas de Jesús Arriaga llegaron a ser tan famosas y a sorprender a mexicanos y extranjeros, aunque se cree, que es probable que el origen de la leyenda sea una novela anónima, muy popular, publicada en 1888 con el título de “Chucho el Roto o la Nobleza de un Bandido Generoso”.

Entre las décadas de 1960 y 1970, por más de once años, se transmitieron a través de la emisora XEW, La Voz de la América latina desde México, 3,500 capítulos producidos de la radionovela “Chucho el Roto”. A partir de las siete de la tarde, durante media hora, los radioescuchas permanecían expectantes ante las voces de Manuel López Ochoa interpretando a “el Bandido Generoso” y Amparo Garrido como Matilde de Frizac para la adaptación de Carlos Chacón Jr.

 

 

 A esta obra se le considera la última gran radionovela, no solo por la trama, también por su tiempo de transmisión en México y re-transmisiones a toda Latinoamérica. En 1968 Carlos Chacón Jr. escribió la adaptación para la televisión llevando el papel de “Chucho el Roto” el actor Manuel López Ochoa. La producción corrió a cargo de Valentin Pimstein. Para el cine se realizaron tres adaptaciones y dos seriales.

La leyenda de “Chucho El Roto” seguirá estando presente por muchos años, siendo uno de los ladrones viejos más reconocidos del siglo XIX en México.

Foto destacada: El blog del Dr. Neptalín