¿Sabías que debajo de uno de los conventos más emblemáticos de Oaxaca yace la princesa Donaji, una noble zapoteca que falleció durante una encarnizada guerra?
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El legado de las culturas mesoamericanas es extremadamente vasto. Abarca todos los ámbitos de la cultura mexicana, desde la comida y la medicina hasta la música y la literatura. La historia de nuestro país se cimenta sobre las pirámides, las chinampas y las guerras floridas. Las guerras, precisamente, eran parte inherente del ciclo vital prehispánico. Tenían fuertes significaciones rituales, simbológicas y cosmológicas: hacer la guerra representaba renovación y sacrificio. Hoy en día, se han descubierto muchos vestigios de batallas pasadas, como la tumba de la princesa Donaji.
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Bajo las ruinas del convento abandonado de Santiago Apóstol, Oaxaca, se cree que reposan los restos de esta legendaria princesa. La leyenda comienza hace muchos siglos, cuando la región vivía un periodo de tormento incesante: los zapotecas de Zaachila y los mixtecas de Monte Albán vivían una guerra sin tregua. Después de muchas encarnizadas batallas y bajas de los dos lados, los mixtecos salieron victoriosos.
Como garantía de que sus rivales no volvieran a atacar, obligaron al rey zapoteca a entregar a su hija: la princesa Donaji. Sin embargo, los zapotecas eran un pueblo orgulloso, por lo que no estaban dispuestos a dejarla ir así como así. Intentaron llevar a cabo un audaz plan de rescate, pero los mixtecas se les adelantaron. La decapitaron cruelmente y la enterraron para que nunca la encontraran.
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Saltamos en el tiempo hasta el virreinato. Cuando un niño paseaba por las orillas del río Atoyac, se encontró un lirio, el cual lo cautivó por su belleza, por lo cual decidió llevárselo. Poco sabía el niño lo que iba a descubrir: debajo de la flor se asomó el cráneo de la princesa Donaji, el cual había fungido como sustento de la planta. Después de llevar las nuevas al pueblo, la gente se congregó para observar el cádaver, y se quedaron atónitos al comprobar que estaba muy bien conservado.
El fervor religioso se apoderó de los pobladores, por lo cual decidieron enterrar el cuerpo milagroso bajo el convento de Santiago Apóstol. Desde ese punto, la princesa Donaji se convirtió en el emblema guerrero de Oaxaca, y ahora es la heroína legendaria del estado. Ahora el convento está abandonado, pero sus ruinas todavía se pueden visitar, incluyendo la lápida del último lugar de reposo de la noble zapoteca.
Templo y exconvento de Santiago apóstol de Cuilápam
Dónde: Municipio de Cuilápam de Guerrero, en la región de los Valles Centrales de Oaxaca.
Más cultura prehispánica: Yacatecuhtli, el dios de los viajeros.
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