El legendario árbol de la Noche Triste puede haber perecido, pero su descendencia sigue reproduciéndose y cargando con su legado.
¿Alguna vez te preguntaste qué le ocurrió al árbol de la Noche Triste, el ahuehuete más famoso de México? Si no fuera porque cayó víctima de un incendio, a sus 461 años, probablemente seguiría vivo el día de hoy. A pesar de que se hicieron numerosos intentos para salvarlo, solo quedó la base del árbol, en la colonia Popotla de la Ciudad de México. Sin embargo, logró engendrar descendencia, las cual está siendo esparcida por toda la República.
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Todo comenzó en 1520, cuando Hernán Cortés, derrotado por el ejército mexica encabezado por Cuitláhuac, se sentó a llorar bajo un árbol: este acontecimiento sería conocido después como la Noche Triste. Cuatro siglos después, durante la conmemoración de la consumación de la Independencia, el ahuehuete Taxodium mucronatum fue designado como el árbol nacional. Para celebrarlo, el gobierno del Distrito Federal regaló uno de sus retoños al pueblo de Dolores Hidalgo, cuna de la Independencia.
Ahora, además de ser el árbol nacional, también es el símbolo de la Independencia, de la valentía de los mexicanos que no estaban dispuestos a ser sometidos por el yugo extranjero. Pero el árbol de la Noche Triste tuvo varios hijos y hasta nietos, los cuales ahora buscan poblar todo el territorio mexicano para honrar a los héroes que se sacrificaron para darnos patria y libertad.
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En Guanajuato hay otro retoño, en el Parque Guanajuato Bicentenario, y muchos más se han enviado a distintos lugares en México, como Querétaro, Morelia, Michoacán, Baja California y la Ciudad de México. El árbol de la Noche Triste está más vivo que nunca, y ahora es tarea de sus vástagos perpetuar su legado. Tal vez, en un futuro no tan lejano, habrá un pedacito de este legendario ahuehuete en todos los estados de la República.
Más árboles legendarios: el ahuehuete más antiguo de México.
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